LA CRUZ DEL ROLLO Y EL TITULO DE VILLA DE NAVALMORAL

POR DOMINGO QUIJADA GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES)

Corría el primer cuarto del siglo XVII, el Siglo de Oro de las Artes y las Letras españolas, pero una de las etapas más funesta de nuestro pasado histórico, bajo las riendas de unos reyes nefastos, especialmente el que nos regía cuando se erige la protagonista de hoy, Felipe IV: Guerra de los Treinta Años, Rebelión de Cataluña (de donde deriva el problema actual), Independencia de Portugal, crisis demográfica y una gran miseria.

Para recabar dinero, la Corona decide vender la jurisdicción de los pueblos que lo desearan, pero a un elevado precio. Y es en ese contexto cuando surge el Condado de Navalmoral: el 16 de agosto de 1621 se concede el título de Conde de Navalmoral a don Baltasar de Ribera, «con dominio de la villa y partido de Navalmoral». Precisamente, y según expuse en su día (cuando hablaba del paralelismo existente entre los retablos de los templos de Navalmoral y Montehermoso, construido en esa fecha), Baltasar de Ribera era esposo de Ana Apolonia Manrique de Lara, III duquesa de Galisteo (a cuyo Señorío pertenecía el lugar de Montehermoso).

Pero quince años después, y quizá para evitar eso, nuestra localidad compró la libertad o exención. Por eso, este título se encuentra vacante: aunque el citado noble siempre se tituló I Conde de Navalmoral (pero, como no se llevó a efecto, el título está vacante).

Aunque había otro importante motivo, y era el constante abuso de los corregidores de Plasencia y su tierra (a cuya jurisdicción pertenecía gran parte del Arañuelo), que sometían a sus vecinos a un sinfín de atropellos recaudatorios.

Motivo por el que los lugares de la “Campana de la Mata”, al igual que otros muchos pueblos, deciden “comprar” su exención o “independencia”, aprovechando la necesidad de dinero de la Corona por las causas citadas (y otras…).

Sin embargo, el alto precio citado originó que algunas localidades, caso de Casatejada o Saucedilla, no pudieran pagar la tasa fijada y salieron perdiendo: se convierten en lugares de señorío, a cuya jurisdicción pertenecerán hasta el siglo XIX.

Nuestro proceso “autonomista” fue largo y costoso: en 1635 se inician los trámites para la «compra», y el rey Felipe IV concede el título de «Villa» al año siguiente. Aunque la Real Cédula que confirma la exención no se expide hasta 1663, dos años antes de morir el monarca. Como insignia de la justicia municipal, en 1637 se erige la PICOTA JURISDICCIONAL: popular y MAL LLAMADA «CRUZ DEL ROLLO»: porque NI ES CRUZ (se le añadió en 1951), y el apelativo “Rollo” se refiere a que la columna es cilíndrica. Recuerdo glorioso de cuando nuestro municipio consiguió la libertad, la exención de la ciudad de Plasencia, prueba de que ya contaba con justicia propia; aunque, artísticamente es modesta y ha sufrido notables atropellos (comparen las fotos, u obsérvenla de cerca…).

En el Archivo de Navalmoral se conserva, en pergamino, esta Carta de Privilegio (cuya portada mostramos); de la que destacamos:

. Se concede el título de Villa no sólo al Concejo de la Campana de la Mata, sino a cada uno de los seis lugares que la componen (Navalmoral, Peraleda, Millanes, Valparaíso, Torviscoso y Malhincada); los cuales forman una sola vecindad, justicia y gobierno.

. Jurisdicción de cada alcalde en su propia Villa («de tejas adentro»): en lo criminal ha de tener conocimiento y prevención, y en lo civil podrá resolver asuntos de menor cuantía (los de mayor grado se resolverán en la Chancillería de Valladolid). Los temas relativos al Concejo de la Mata se solucionarán en Santa María de la Mata.

. El Concejo de la Mata seguirá gozando de los privilegios, derechos y exenciones propias de Plasencia y su tierra; pudiendo multar la intrusión de ganados y personas en ejidos y bienes propios, aunque sean de Plasencia y su jurisdicción.

. Los nuevos alcaldes harán «juicio de residencia» a los anteriores; incluyendo cuentas de propios, pósitos y rentas.

. Podrán usar insignias de la justicia: picota, horca, cárcel, etc. En nuestro caso se eligió el modelo de “Picota” (el «Rollo»), porque en esa época ya no se ejecutaba a nadie en el mismo.

. No queda exento el Concejo de la Mata de los impuestos de alcabalas, tercias, servicios ordinarios y extraordinarios, etc. Más los “diezmos” a la Iglesia y otros impuestos.

La primera ubicación estuvo a la salida del pueblo, por su extremo oriental: en la entonces “Plazuela del Rollo”, actual esquina de la calle Antonio Concha con la de Albuera.

Pero, con el tiempo, viajó más que la maleta de la Piqué. El primer traslado se produjo en 1855, a petición del veterinario D Rafael Gallego Moreno (tío de los hermanos González Serrano). Quien alegó un año antes que “estaba en estado ruinoso e interfería en el tránsito de carros”. Se lo permiten, lo traslada y restaura en el sitio de la “Pizarra” (lo que se convierte en los años 40 en el barrio de las Minas, y Parque de su nombre actual); obteniendo a cambio la alineación de su vivienda, que estaba frente al asentamiento primitivo.

En esa zona permanecería en el futuro, pero con tres cambios más (por obras y remodelaciones varias de su entorno). El último y actual en el otoño de 2014, cuando se instala en la rotonda que se habilita en ese lugar, para mejorar el tráfico en ese concurrido sector. Respetémosla, porque es el símbolo más valioso de Navalmoral..

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