POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)

D. Antonio Tomás Sandoval, ilustre uleano, militar de carrera, fue destinado a ejercer su profesión castrense a Marruecos, como capitán del ejército. Allí quedó hasta que, cercana su jubilación, regresó a Ulea en 1869. Era un enamorado de la arquitectura, y la árabe le entusiasmó. Tal fue el impacto que le produjo que, en el año 1870, mandó construir un torreón similar a los que tenían en los cuarteles norteafricanos y que servía para que se instalaran los centinelas para salvaguardar a los militares y sus dependencias. A este torreón se le llama GURUGÚ.

Desde su construcción ha pasado por diferentes vicisitudes, siendo restaurado en varias ocasiones. Actualmente se encuentra en perfectas condiciones.

Esta réplica se alza sobre un montículo reforzado por paredes moras y da vista a Ulea, la huerta y el río Segura.

Dentro del recinto, sobre estas paredes, se erige la vieja torreta de planta cuadrangular, almenada, cubierta por una bóveda de media naranja y una puerta de entrada frente a una ventana con arco de medio punto. En el interior hay una escalera de caracol que da acceso a la planta superior y en cuyas paredes se abren cuatro arcos similares a los de la planta baja; de pequeño tamaño. Desde esos “miradores” se pueden contemplar unas vistas panorámicas de excepcional belleza.

D. Antonio Tomás Sandoval, tras su jubilación como militar, era un gran valedor de Ulea y los uleanos. Fue alcalde del pueblo, alternando con D. Damián Abellán Miñano, desde 1899 hasta 1911. Consideró que Ulea tenía una joya: “El Gurugú”.

Siendo anciano, y muy deteriorado por los achaques, seguía visitando su obra como si quisiera despedirse de ella. Antes de fallecer, en la segunda década del siglo XX, legó al pueblo “su tesoro” con la seguridad de que le tratarían con delicadeza; con la ternura con que atendemos a un niño huérfano.

Han pasado los años y “el Gurugú” es punto de mira desde cualquier lugar de Ulea. Sigue en el montículo que se erigió, en perfecto estado de conservación.