En Cobeña se celebra muy activamente y es el día en el que el cementerio se llena de flores para honrar a los difuntos de todos los vecinos. También es un día de dolor ya que recordamos a las personas queridas que faltan entre nosotros.

Antaño los difuntos eran enterrados en el interior de la iglesia. Posteriormente se estableció un recinto aledaño a esta, (el camposanto de la iglesia o cementerio viejo), adosado a la parte trasera del templo. Durante el siglo XIX, (entre 1808 a 1880), se debió construir el cementerio municipal y a lo largo de su existencia ha experimentado tres ampliaciones.

A mi parecer, el cementerio de Cobeña es uno de los más ordenados y aunque es uno de los más pequeños de los alrededores, me parece muy cercano. En él están enterradas personas muy allegadas de mi familia y es por eso que nunca me ha gustado que esté descuidado, con las tapias llenas de graffitis o sucio su interior.

Una vez más agradezco al Ayuntamiento que, como cada cuatro años, haga algo para mejorar la imagen y el entorno de nuestro cementerio. La última vez hizo un interesante aparcamiento en la zona ajardinada que franquea al camposanto y este año, ha limpiado de graffitis y ha barrido el interior del mismo, así como que ha colocado una gran corona de flores en todo el centro del pasillo principal donde vemos que en el lazo pone “para todos sus vecinos difuntos”.

Gracias a Marta Martín Lorenzo, concejala de Vecinos de Cobeña, a Jesús Ignacio de la Fuente Molinero, concejal de VOX, a David Piquer Alastuey, concejal de Ciudadanos, a Angel Andrés Ginés Cantero y a Pedro Arillo Valdivia, concejales de COIP, y a los concejales Jorge Amatos Rodríguez, Pedro Antonio López Navarro, Juan Carlos Redondo Chisvert, Francisca López Guardia, Laura Barroso Hernanz, Ignacio Hidalgo Bejar, Sonsoles Pedrosa Díaz y María Aránzazu Salazar Caballero, del Partido Popular.