En el Real Monasterio de Santa María del Paular, en Rascafría, Madrid, día de la festividad de Santo Tomás Apóstol, mi compañero José María Real Pingarrón, presidente del «Museo Virtual de Getafe» y yo, como Cronista oficial de Getafe y fundador del Centro UNESCO Getafe-Madrid, hemos sido investidos como socios protectores de la Asociación de «Amigos del Real Monasterio de Santa María del Paular» por nuestra aportación a defender los valores de los Monjes Benedictinos y el patrimonio artístico, arquitectónico y religioso, del Real Monasterio del Paular.
En presencia de más de más de cien socios de la citada Asociación, se celebró una Misa cantada y al final de la misma, con todos los honores y siguiendo el protocolo habitual, se nos impuso la Medalla de San Benito y se nos hizo entrega de un Diploma acreditativo y de una insignia.
Finalizada la Misa tuvo lugar la Asamblea General, en la cual se nos nombró como «Socios Protectores» se eligió la nueva Junta Directiva, y se aprobaron las cuentas anuales.
Al finalizar la Asamblea se solicitó la presencia de D. José María Real, autor del libro «La Granja de los Cartujos del Paular en Getafe» para que explicara a los asistentes las características de su libro, editado por la Asociación de Amigos del «Real Monasterio de Santa María del Paular», en el cual he colaborado con alguna breve aportación.
Tras la brillante exposición de D. José María Real, informó que el libro será presentado en el «Espacio Mercado» de Getafe el día 7 de octubre.
Nota histórica: El Monasterio de Santa María del Paular o Monasterio de El Paular en Rascafría, Madrid fue el primer monasterio cartujo que se instaló en tierras de Castilla. Su construcción comenzó en el año 1.390 en pleno Valle de Lozoya y en la actualidad está ocupado por monjes benedictinos que se dedican a su mantenimiento y conservación.
El conjunto monumental del Monasterio de El Paular está declarado como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento desde el año 1.876.
El Monasterio de El Paular comenzó a construirse en 1.390 por orden de Enrique II de Castilla, quien antes de morir expresó el deseo y el lugar donde debía construirse un monasterio cartujano. En una de las incursiones bélicas que protagonizó Enrique II en Francia destruyó una cartuja y decidió construir otra en compensación.
Se estableció así, la primera cartuja de Castilla y sexta de España, ubicada entonces en la provincia de Segovia, aunque desde el año 1.834 pertenece a Madrid. A pesar de que las obras se iniciaron a finales del siglo XIV no fue hasta el siglo XV cuando el arquitecto de los Reyes Católicos llevó a cabo los trabajos más importantes, como el claustro o las puertas de la iglesia.
Su importancia económica fue notable, llegando a tener, entre otras fuentes de ingresos, una cabaña real con 86.000 ovejas merinas y un “molino de papel”. En este molino de papel se imprimió la «editio princeps» de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
En Getafe y en Talamanca existieron dos Granjas de los Cartujos del Paular, ambas desaparecidas, aunque la de Talamanca, se conservan algunas edificaciones semiderruidas y en Getafe conocemos su emplazamiento y el poder económico de la misma, que pone al descubierto nuestro compañero, José María Real Pingarrón en su extraordinario libro » La Granja de los Cartujos de el Paular de Getafe, editado por la Asociación de Amigos del Real Monasterio del Paular, en Rascafría, que se presentará en octubre de este año en Getafe y en Madrid.
La vida religiosa volvió al Monasterio del Paular de la mano de Francisco Franco. Tras un viaje a Cataluña en el que se hospedó en el Monasterio de Montserrat, decidió trasladar a Madrid el ambiente religioso y eligió el Monasterio de El Paular para hacerlo.
El origen de la Orden benedictina se encuentra en las fundaciones hechas por Benito de Nursia en la localidad de Subiaco, Italia. Allí surgieron los primeros doce monasterios propiamente benedictinos, dirigidos cada uno por un propio abad, el cual tenía a su cargo su propia iglesia para la recitación del oficio litúrgico en comunidad. A la cabeza de los doce cenobios se encontraba Benito, quien además se encargaba de la formación de los futuros monjes.
Medalla de San Benito es una medalla cristiana que contiene símbolos y textos relacionados con la vida de Benito de Nursia, utilizados por los cristianos católicos, anglicanos, luteranos, metodistas y ortodoxos occidentales, que pertenecen a la tradición benedictina, especialmente utilizada por los oblatos de la Orden de San Benito.
Se desconoce exactamente el origen de la medalla, aunque se sabe con certeza que su aparición en tradición benedictina es tardía. La parte frontal del crucifijo se remonta al siglo XI y se dice que el papa León IX la había utilizado; mientras que la el reverso, que lleva la fórmula «Vade retro Satana» que significa (apártate Satanás) resale al siglo XV. Su uso se extendió a toda la cristiandad especialmente durante el pontificado de Benedicto XIV.
El Hábito:
En la Edad Media los monjes benedictinos llevaban camisa de lana y escapulario. El hábito o vestidura superior es negro, por lo que el pueblo los llamó los monjes negros, en oposición a los cistercienses, que llevan túnica blanca y escapulario negro, denominados los monjes blancos. Martín Sánchez