COMUNICADOS DEL MÁS ALLÁ. POR: NICOMEDES DE :AMERICO VESPUCI PARA DOÑA BEATRIZ
POR ÓSCAR GONZALEZ AZUELA, CRONISTA DE LAGOS DE MORENO
Signora mía, sepa que su nombre es conocido, cercano y entrañable, no sólo para los florentinos, sino para todos aquellos que hemos leído la obra de mi paisano, Dante Alighieri, en la cual fue llevado de la mano por su tocaya, para pasear por los círculos del paraíso en su Divina Comedia, tal como usted lo debe hacer ahora, extasiada también, en los espacios de palacio en el que por ahora mora con su propio Dante -en gustos se rompen géneros-. Es propio de los palacios que se encuentren manchados de sangre, traiciones e infamia, aunque hay aves que cruzan por esos pantanos y no se manchan, y su pantano es de esos, o ¿cómo lo escribió el vate?
Con la pena de comunicarle que el día de ayer sufrí por parte de usted una agresión propia de quien está desinformado. ¿Dice usted que el nombre de América es una pifia, a causa de las ingentes cantidades de dinero que di a la corona española para financiar mis navegaciones y las de don Crisóforo, que me casé por conveniencia y que por gratitud pecuniaria el continente lleva mi nombre?
Por favor signora, le sugiero ubicuidad dentro del concierto de los tiempos: sepa que ni con todo el oro del mundo se podría imponer el nombre a un continente; seguramente usted cree que con dólares se podría imponer el nombre de Andresmanuelandia a un continente, o que por gratitud pecuniaria Tabasco pudiera llegar a ser llamado el estado de Pío. En cuanto a los matrimonios por conveniencia me reservo mis comentarios, como cavalierato que sono.
Signora, yo solamente fui amigo de don Crisóforo y de sus hijos; como cosmógrafo fui de los primeros en percibir que el continente no correspondía a las tierras visitadas por Marco Polo; pero antes que nada fui un romántico, un hombre de letras bastante soñador; sepa que dada la especie de palafitos existentes en esas costas bauticé a Venezuela como si fuera una especie de pequeña Venezzia; con mis cartas cautivé a media Europa dando a conocer las bellezas de este Nuevo Mundo y de sus mujeres de carácter y carnes firmes, decididas y entronas, tal como se lo llegué a escribir a Lorenzo de Medicis, en textos que no comparto para evitar que la censura afecte a Nicomedes quien en anteriores comunicados ha andado medio pasadito de lanza por lo que el compartimiento de sus comunicados anda muy a la baja.
Doña Beatriz, por favor, ya párele a su góndola; deje de atizar con sus ideas los vacíos encefálicos de su Duce, lo cual le crea confusiones terribles; ya han roto el guion del Paseo de la Reforma que se integraba por Colón, Cuauhtémoc y la Victoria Alada; bajando a Colón para trepar a una supuesta mujer olmeca el paseo recibirá otro golpe, aunado al de la Estela de Luz, de la que aún no se reponen los espantados mexicas que ahora son víctimas del clásico temblor septembrino con que recién abren temporada.
Y por último, mi sincera disculpa, por escribir de una América que solamente me es cercana en el nombre aunque lejana en mis orígenes, tanto como a los de usted.
Eso sí, al equipo de panbol cámbiele de nombre, desaparézcalo si eso le place; convierta el Azteca en estadio de béisbol pero per favore a mí, déjeme en paz. VESPUCCI