POR MARI CARMEN RICO NAVARRO, CRONISTA OFICIAL DE PETRER (ALICANTE).
“Una rambla abre su ancho cauce entre el campo santo y el pueblo”.
Azorín, «Antonio Azorín» (1903)
A lo largo de la historia Petrer ha visto varios cementerios. En el centro histórico, las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en las últimas décadas han permitido localizar algunas de ellas en diferentes épocas. En el inicio de Carrer Major se encuentra la posible zona funeraria de Vila Petraria (ss. I-VI). En la época andaluza Bitrir contó tres necrópolis distribuidas en la zona de Foia, El Derrocat y alrededor de la Carrer Sant Antoni (ss. XI – XIII). Durante el período bajo medieval y parte de la Edad Moderna, el área utilizada como cementerio fue el paso real de la Esplanada (ss. XIV-XVI) documentando una docena de entierros. Desde el siglo XVII hasta 1816, los muertos se vieron obligados a enterrarse en la antigua y nueva iglesia de Sant Bartomeu Parroquia de San Bartolomé Apóstol de Petrer
El cementerio anterior a lo que todos conocemos hoy, el antiguo cementerio, fue construido en 1816 en la zona de Barxell, y albergó los restos de los vecinos de Petrer durante 119 años, desde 1816 hasta 1935. Fue bendecido el 3 de junio de 1816, hace 206 años, por el sacerdote de Sant Bartomeu, Francisco Ruiz.
Fue en la parte norte del núcleo histórico, junto al campo de fútbol municipal. Se puede acceder desde la zona de la iglesia de Sant Bartomeu, Apóstol, a través de la Carrer La Font, cruzando la rambla Puça, muy cerca del borde de esta.
La votación real del 3 de abril de 1787, promulgada por el monarca Carlos III, dispuso que la gente ya no se entierre en templos y que se construyan cementerios fuera de las ciudades, en lugares ventilados y cerca de las parroquias. Varias décadas pasaron sin que el trabajo se realizara debido a las dificultades económicas del Ayuntamiento y de la oposición de la población para enterrarse fuera de la iglesia, situación general en la mayoría de los municipios.
En abril de 1816 el Ayuntamiento recibió un trabajo que obligaba la construcción del cementerio, y se registraron varios sitios: como primera opción pensaron en colocarlo en el castillo, pero rápidamente fue despedido debido a la falta de condiciones de higiene ns ienics; posteriormente optó por una banca al otro lado de la rambla Puça, aunque también fue descartada porque no tenía ventilación. Finalmente, se eligió un terreno en Barxell, junto al anterior, 604m2 de superficie, y el trabajo se presupuestó en 334 £ para cubrir los gastos incurridos por la compra de la parcela, la obra, la carpintería y la herrería. El dinero se entregaría a los beneficiarios del diezmo (el conde de Cervelló y su diputado) en dos tercios, y a los residentes de la localidad, el resto.
En 1935 se inauguró el nuevo cementerio en Guirnei y el antiguo permaneció sin usar. Los restos de los fallecidos fueron exhumados para ser trasladados al nuevo cementerio, aunque algunos de los restos permanecieron en el mismo lugar.
En el interior del antiguo cementerio había una capilla cuadrada coronada por una cúpula similar a la de la iglesia de San Bartomeu, que tenía un altar y un crucifijo llamado «los Montesinos». Fuera del cementerio había, y sigue siendo, frente a la puerta principal, un banco de trabajo semicrcular donde la gente descansaba mientras rezaba a sus seres más buscados.
Vecinos acompañaron a sus seres queridos con acompañamiento fúnebre desde la iglesia de Sant Bartomeu, Apóstol, hasta el cementerio, a una distancia de 205 m, pasando por Salitre y teniendo que cruzar la rambla Puça para darles Cristo hay una cultura. Pero cuando a consecuencia de las lluvias hubo una avenida de agua en la rambla y esta no se pudo cruzar, fue necesario dar un giro más largo para llegar al cementerio.
En 1969 se acordó demoler el edificio abandonado, y a principios de la década de 1980 la tierra fue aplanada, se plantaron pinos y se colocaron un altar y una placa para conmemorar su función y ubicación. En décadas posteriores toda esta zona se transformó para construir un centro comercial, campo de fútbol municipal y cancha deportiva, con sólo el espacio del cementerio sin transformar. Actualmente una zona de recreación con un pino.
El 3 de junio de 2016, se conmemoró y celebró el II centenario de su construcción en el mismo lugar donde se localizó la eucaristía presidida por el sacerdote e hijo adoptivo de Petrer Antonio Rocamora Sánchez.
Si quieres saber más sobre el antiguo cementerio puedes descargar la obra publicada en la revista Festa 94, y si quieres conocer más sobre las diferentes áreas de entierro que han estado en Petrer a lo largo de la historia, puedes consultar el libro «L ife y muerte de ¡Petrer! Historia de los cementerios» (2005). Todo esto en la biblioteca. ¡Peter! es.
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