POR ÁNGEL RÍOS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE BLANCA (MURCIA).
Una proclama de la Guerra de la Independencia (1808-1814)
En plena Guerra de la Independencia, desde Cádiz llegó a Blanca, al igual que a todos los Ayuntamientos murcianos, una proclama que dice así:
MURCIANOS
Morir o vencer. Este es el noble grito de toda la Nación española al enarbolar la bandera de su libertad contra el tirano de la Europa: comenzamos la lucha, y un puñado de hombres hicieron temblar y avergonzarse en los campos de Bailén a los vencedores de Austerlitz y Jenna. El insulto dura sin embargo; y la osadía de los esclavos viles, que arrastra a la guerra el tirano de Europa, amenaza profanar de nuevo vuestros templos, atropellar a vuestras esposas, y talar vuestros fértiles campos. Oyendo estáis el estruendo del cañón enemigo, y de la esteva trémula en vuestras manos cultiva sin embargo el afortunado suelo que la naturaleza os concedió. Ese jardín delicioso que con tanta usura paga vuestros afanes y desvelos, está amenazado otra vez por las huestes devastadoras de los nuevos Vándalos ¿Y podréis con faz serena, y oprobio del valor heredado sobrevivir a su profanación?… Morir o vencer, Murcianos; este es el codicioso deseo de todos los buenos de España. Renuévense los tiempos del valor, en que a lanzadas vuestros padres arrojaron a los Agarenos: en vuestras venas circula todavía sangre de aquellos valientes que en la batalla de los Alporchones, y en la de la Novia de Seron, humillaron su soberbia; y caerá, sí, caerá del mismo modo derrocada ahora la de estos nuevos sarracenos a impulso de vuestro fuerte brazo, si os unís a la voz del Gobierno que os llama, de la nueva Regencia del Reyno, instalada por las Cortes generales de la Nación con todas las facultades y poder que la Constitución prescribe. Y bendeciréis entonces los trabajos pasados y los nuevos sacrificios que exija de vosotros para aseguraros la libertad.
La plaga es grande; los esfuerzos para sacudirla deben serlo. Corred a las filas con el mismo ardor y entusiasmo que hasta ahora; y estad seguros, que el Gobierno que ha jurado salvar la Patria o perecer, os alentará en los riesgos, os consolará en los trabajos, y extenderá su mano benéfica a vuestras familias… Pero sabed también, que si sordos a sus voces, preferís una vida muelle y cobarde, y la vil posesión del oro a la noble resolución de morir por la Patria o vencer, caerá sobre vosotros la execración de las generaciones presentes y futuras, y la recta justicia del Gobierno o seguirá por todas partes, y os hará conocer vuestros deberes.
Cádiz 30 de enero de 1812
Firmado, Joaquín Mosquera y Figueroa, Presidente.
Como vemos, no se especificaba cuál era la edad para ir a filas, dato que sí lo hace en la fechada el 31 de marzo del mismo año, firmada por José O-Donell y dada desde el cuartel general de Murcia: tener cumplidos los 16 años.
Retrato:
La Rendición de Bailén, que supuso la primera derrota de Napoleón en tierra.
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