Pedrezuela y Valdepiélagos siempre han estado relacionados en la historia de sus gentes. Partiendo de los apellidos de mi abuela y de mi abuelo y habiendo investigado los libros de defunción y bautismo de la iglesia puedo afirmar que, Eugenia Ruíz nació en 1732 en Pedrezuela y se casó con el valdepielagueño Gregorio Frutos dando origen a la descendencia de los Frutos que ha llegado a nuestra época. Por otro lado, el padre de mi bisabuelo Agustín de las Heras Martín fue Estanislao de las Heras. Y el padre de éste fue Tomás de las Heras Navio que murió en Valdepiélagos el 15 de noviembre de 1834 pero, no había nacido en este pueblo sino en Pedrezuela en 1794. Su padre, mi pentabuelo, Juan de las Heras Yuste había nacido en Pedrezuela en 1770 y en 1808 se trasladó con su mujer Nicolasa Navio Hurtado y con su familia desde Pedrezuela a Valdepiélagos. Entonces, los De las Heras ¿provienen de Pedrezuela? Podría ser pero, he encontrado De las Heras en Valdepiélagos en el siglo XVI. Me falta el eslabón perdido.

Hoy según entraba en Pedrezuela algo dentro de mí me decía que llegaba a mi otra casa.

He tenido el placer de poder presentar el libro «Historia de un patio» a lebreles como yo. Poder ser presentado por Jesús Carlos González, cronista de Pedrezuela, es un alto honor en estos pueblos de Madrid que visualizan el cerro San Pedro en alguno de sus puntos cardinales. Además, ha contado que fuímos vecinos en el barrio de Fuencarral donde ahora vivo, sin saberlo. Y mi profesión me ha llevado a administrar la comunidad donde vivían sus hijas. Casualidades o estaba escrito. Tengo en gran aprecio a este cronista y amigo.

Creo que les he transmitido el sentido del libro y cuando oigo que he tenido lectores que se han enganchado a él de tal forma que no lo han dejado hasta terminarlo, creo que he logrado que mi narración se convierta en recuerdos compartidos.

Ha sido un acto entrañable. Y he disfrutado de él. Creo que las preguntas y la conversación posterior ha sido amena y enriquecedora para todos.

La sorpresa ha sido compartir la tarde con personas que abogan por la historia local de nuestros pueblos, que aprenden al igual que enseñan. Y ver aparecer, sin saberlo, a amigos de aquel colegio y amigos de la profesión es un premio que ha acariciado mi alma. Gracias Manoli, Adelina, Jose y Germán.

Agradezco la oportunidad que me ha dado el Grupo de Estudios Locales para presentar mi libro en este querido pueblo.

Y deseo ya enormemente ir a San Agustín a compartir una tarde como esta. Qué grandes sois amigas y amigos. @agustindelasheras @cronistadevaldepielagos @presidentecronistasmadrileños