POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA OFICIAL DE ZACATECAS (MÉXICO)
El 8 de diciembre de 2023, fiesta de la Inmaculada Concepción, en la Eucaristía de las 12:30 horas en la iglesia del convento del Santo Cristo del Pasmo de las Hermanas Pobres de Santa Clara, sor María Magdalena Sotelo Ramírez renovó sus votos con motivo del 25 aniversario de su profesión solemne.
Fue tras la homilía en la Eucaristía presidida por el sacerdote don Manuel Santos Durán y concelebrada por don Pedro Macarro, bajo la atenta mirada de sor Concepción, madre abadesa.
Sor María Magdalena es originaria de #Calera de Víctor Rosales, #Zacatecas, (México).
Hacia 1993, hace 30 años, conoció el Monasterio de la Inmaculada Concepción, de las Hermanas Clarisas en la Ciudad de Zacatecas, comenzando a partir de ahí el Proceso Vocacional, dándole entrada en la comunidad el 10 de agosto de 1995, víspera solemne de Santa Clara de Asís.
Tomó el hábito el 17 de septiembre de 1996. Hizo su primera Profesión el 8 de diciembre de 1998. Profesó los votos perpetuos el 8 de diciembre de 2002.
La Madre Isabel de Jesús (Fuente del Maestre, 1924-Montijo, 2018), abadesa de gratísimos recuerdos, se afanó en sortear la escasez de vocaciones y la edad avanzada, viajando a México en busca de refuerzos.
Así, el 6 de septiembre de 2004, festividad de la patrona de Extremadura, Ntra. Señora de Guadalupe, llegó sor Magdalena a Montijo, procedente del convento de las clarisas de la Inmaculada Concepción de la ciudad de Zacatecas.
Sor Magdalena afirma que le motivó venir para que la llama del Señor permanezca en esta porción de la Iglesia de Mérida-Badajoz, siendo así de rotunda: “Quiero ser como el grito de los profetas ante una sociedad sin Dios, afirmando su Presencia, Misericordia y Amor”.
Porque ella sintió la llamada, la vocación, entrega y servicio a Dios, abrazando la vida consagrada, entregándose a la radicalidad evangélica, al carisma y forma de vida de Santa Clara y San Francisco de Asís. Para quienes la humildad es pobreza, convirtiéndola en obediencia, en servicio, y deseos de darse sin límite. Como el salmista, sor Magdalena recitó: “Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea el Señor tu delicia y él te dará lo que pide tu corazón”. Y el corazón de sor Magdalena dijo “me sedujiste, Señor, y me dejé seducir”.
En estos diecinueve años que lleva sor Magdalena en el convento del Santo Cristo del Pasmo de Montijo, ha sido portera, sacristana, ecónoma, maestra de novicias, vicaria y abadesa, cargos y tareas en humildad, servicio y obediencia, dando gracias al Señor.
Oración, pobreza, retiro, vivido bajo la vida contemplativa y el retiro conventual son un maravilloso testimonio de un ejemplo que nos recuerda con su estilo de vida, la fugacidad de los bienes temporales y la perennidad de los valores del espíritu.
Paz y Bien querida sor Magdalena. Que tenga siempre la alegría del Señor, que nos dice San Pablo. Que sean muchísimos años más. (Fragmento del texto que compuse y leí en la monición de entrada de la Eucaristía en la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María por invitación de la abadesa, madre Concepción).
Con la siempre valiosa y generosa información e imágenes de nuestro estimado amigo Manuel García Cienfuegos.