POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
En los libros que conserva la Hermandad, procedentes de la Santa Escuela de María, hermosea un corazón dibujado, traspasado por siete espadas, tres clavos y un Ave María, con una leyenda que condensa el aprovechamiento espiritual que rezuma y desprende la Señora, “Yo soy el corazón de María, tu Maestra. Si me amas, ya resuelta, te alcanzaré el perdón de tus culpas y pecados. Con Jesús mi enamorado deja la vida pasada y mira como reflexión que fue triste y amarga de mi hijo su Pasión”.
Fue durante la celebración del Tiempo Pascual, 26 de abril de 1770, en la alegría resucitada y resucitadora, cuando el presbítero don Tomás Hernández, del Oratorio de San Salvador, Misionero Apostólico, propuso a un gran número de mujeres montijanas, la creación de la Escuela de María Santísima, Señora Nuestra, bajo el título de los Dolores, tomando como reglas las Constituciones de las demás Escuelas ya establecidas. Así fue como el sacerdote dejó impresa para siempre su fundación: “en el nombre de la Santísima Trinidad, en el de la Reina de los Ángeles, María Santísima Madre de Dios y Señora Nuestra, concebida en gracia, en el primer instante de su ser natural”. Demos gracias por estos doscientos cincuenta años desde la devoción, veneración, sencillez, culto, fidelidad y amor. Que siempre sea así.