POR JOSÉ RAIMUNDO NÚÑEZ-VARELA Y LENDOIRO, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE BETANZOS (LA CORUÑA)
En seguimiento del protocolo elaborado por el Ayuntamiento de Paderne, a las 13,00 horas tuvo lugar, en el jardín mirador del Puente do Porco, la presentación del acto a cargo de don Emilio Vila Agra; a quien siguió a las 13:10 horas don Felipe Senén, académico y secretario de la Real Academia Gallega de Bellas Artes; a las 13:20 horas fue el turno del Cronista Oficial del Ayuntamiento de Paderne; a las 13:30 horas intervino don José Domingo Vales Vía, hijo del homenajeado, quien habló en nombre de la familia y a cuyo término depositaron una corona de laurel al pie del monolito, y por último a las 13:40 horas fue clausurado el acto por don Sergio Platas Casal, Alcalde del Ayuntamiento de Paderne.
Entre otras autoridades se encontraban don Manuel Vázquez Faraldo, Alcalde del Ayuntamiento de Miño, y don Andrés Teijo Hermida segundo Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Betanzos, de los que también soy su Cronista Oficial, varios académicos de la R.A.G.B.A., además de otros miembros de la Corporación Municipal de Paderne, representantes de entidades y asociaciones locales y entre el numeroso público asistente un grupo de alumnos del barrio de los Castros de La Coruña de quienes fue maestro el homenajeado.
Según el orden establecido y en tercer lugar tras la salutación de rigor a las autoridades y representaciones, tuve el honor de dirigirme a todos los presentes para manifestar lo siguiente:
El 24 de abril de 1983 fue inaugurado este monumento en honor del ilustre académico, Secretario perpetuo de la Real Academia Gallega y Cronista Oficial de Betanzos don Francisco Vales Villamarín, fallecido el 25 de agosto anterior, en un memorable acto presidido por don Manuel Chamoso Lamas, Presidente de la Real Academia de Bellas Artes Nuestra Señora del Rosario de La Coruña, acompañado entre otros por los académicos don Domingo García Sabell y don Juan Naya Pérez, Cronista Oficial de La Coruña, los alcaldes de los Ayuntamientos de Paderne y Betanzos, don Francisco y don José Domingo Vales Vía, hijos del homenajeado, gran concurrencia de público y vecinos de San Pantaleón das Viñas, y por supuesto el promotor de la idea don Emilio Vila Agra, cuyo altruismo también alcanzó la otra banda con el monumento erigido en memoria de Fernán Pérez de Andrade O’Boo, obra asimismo del fallecido escultor, académico y buen amigo don Alfonso Sanmartín Abelleira.
Es preciso hacer hincapié en un aspecto extraordinario y poco común de la antigua Jurisdicción Real de la ciudad de Betanzos, aparte de su condición de capital de Provincia durante el Antiguo Régimen, centrado en la concesión del derecho de vecindad que gozaban los feligreses de San Pantaleón das Viñas y los de Santa María de Souto, según consta en la escritura otorgada el 14 de abril de 1647 en cabildo de los vecinos de San Martín de Tiobre, antiguo emplazamiento de Betanzos «O Bello» hasta su traslado poblacional al Castro de Untia en 1219 por privilegio del Rey Alfonso IX, por ante el escribano Domingo Díaz Hermida, del número y ayuntamiento de la misma. En dicho instrumento público consta entre otros extremos «… en horden a que los otorgantes ayan de ser Recebidos por beçinos de la dicha çiudad, para goçar en ella de las Preheminencias y Libertades que goçan sus becinos, de la misma forma y manera que goçan los Beçinos de Souto y San Pantaleon que estan avecindados…» (Archivo Notarial de La Coruña. Protocolo 296, folio 168), es decir todos los habitantes del noroeste de la población hasta la «Puente do Porco», sin ningún género de dudas toda una regalía y merced de complicada consecución.
Una ubicación idónea la del Puente do Porco, por haber sido uno de los siete construidos por Fernán Pérez de Andrade en el siglo XIV, Señor de Pontedeume, en la desembocadura del río Lambre y Camino Real que conduce a la ciudad de Betanzos y con derivación hacia La Coruña por el Pasaje del Pedrido, en la Ría y Mariñas de Betanzos. En el itinerario formado por Fray Martín Sarmiento en su «Viaje a Galicia» en 1745 , (Publicado por Pensado en 1975), señala: » … Ponte do Porco. Al acabarle, a la izquierda registré un puerco de piedra, ya hundido en el suelo, y con señal de haber tenido caracteres. Es muy estrecho el puente, y parece más antiguo que el de Puentes de Eume. Sube la ría arriba hasta las Pinazas media legua, y el río se llama Lambre… Es pequeña la ría pero muy pulida, y es parte de la de Betanzos, y entra entre la punta de Miño y la punta de San Pantaleón…» . Es decir en el «esteiro» existente entre la Punta de Foz, de la Xurela o Estellada y la Punta Curbeiros de Miño, y por tanto puerco o jabalí que se encontraba enfrente de este monumento e inmediato a la Casa de los Vila.
Finalizado el Puente do Porco se accedía a la Abelleira y al lugar » do Caserón» por el Camino Real que se dirigía a la ciudad de Betanzos, y aldea de Insua donde se bifurcaba en dirección a dicho Pasaje del Pedrido, actual ayuntamiento de Paderne, y ruta utilizada por la Reina Mariana de Neoburgo en compañía de su hermano don Luís de Baviera, el 8 de abril de 1690, para llegar a Betanzos. Inmediato al puente y enfrente de Centeás, soto de antiguos y respetables castaños en descenso desde el Castro «Da Croa» o de Insua, se encontraba el «Mesón», propiedad de los Bermúdez o Señores de Misericordia, dueños del Pazo de Montecelo, separado por las rampas con escaleras que daban acceso al río Lambre, y que contaba con «El Alpendre» como entrada. Un mesón que aparte de servir comidas y bebidas, alquilaba las habitaciones de la planta alta, y con servicios anexos en el exterior como la caballeriza, el almacén, un vivero, embarcadero y hasta una huerta amurallada que llegó a estar poblada de frutales y viñedo, y establecimiento en el que se detuvieron para cenar, el 15 de diciembre de 1779, los ilustres visitantes John Adams, su hijo John Quincy Adams, segundo y sexto presidentes de los Estados Unidos de América, además de su otro hijo Charles que contaba con nueve años de edad.
Un conjunto que por su singularidad también llamaría la atención del ilustre dibujante ferrolano don Jenaro Pérez Villaamil, el 7 de agosto de 1849, y que le motivó a plasmarlo en su dibujo romántico costumbrista titulado «El Alpendre», conservado en el Museo Provincial de Bellas Artes de La Coruña, como también la embocadura de Ponte do Porco, realizado en este mismo viaje y que se encuentra entre los fondos de resguardo del Museo del Prado. Seguimos sin comprender como la Xunta de Galicia ha desviado el itinerario original del Camino Inglés a Santiago que traspasaba «A Ponte do Porco» y continuaba por la Abelleira de Insua «… el camino antiguo que biene de la torre de pedrido…» (documento del 3-enero 1569), y que proseguía hacia » la Cruz dos Remedios» y Porto en dirección a Betanzos, por un caprichoso e infundado itinerario que lleva a los peregrinos a traspasar el Puente de Lambre, distante media legua río arriba.
Como consecuencia de la construcción del tramo de la carretera de Betanzos a Pontedeume, por Real Orden del 26 de agosto de 1851, fue derribado el antiguo y medieval Ponte do Porco por considerarse muy estrecho para las necesidades de la época, y obras que finalizaron cinco años después a excepción de los puentes, como el Puente do Porco que no se concluyó hasta 1862. El nuevo puente fue fabricado con tres arcos y pretil de cantería, con cuatro apartaderos situados al principio y final del primer y tercer arco, lo que es lo mismo que dos en el Ayuntamiento de Paderne y otro dos en el de Miño, y con las cabezas de dos «Porcos» en sustitución del desaparecido jabalí medieval con sus caracteres identificativos, y sin perjudicar los accesos al mesón y muelle, este último ampliado con el relleno del vivero, y en el que se embarcaban las maderas con destino al puerto de Sada y otros puertos limítrofes, procedentes de las madereras establecidas alrededor. En la ampliación de la carretera y del puente en 1953 se sustituyeron los pretiles de cantería por tubos metálicos, según se encuentran.
La última y gran transformación padecida por este lugar de ensueño, tendría lugar con la ampliación de la carretera N-VI en 1984, a cuyo efecto fue preciso el derribo del antiguo mesón con el consiguiente relleno de todo el entorno, tal y como se encuentra en la actualidad, aunque con recuerdos imborrables en sus espacios ajardinados como donde nos encontramos este 5 de mayo de 2024, en memoria y honor de don Francisco Vales Villamarín. Muchas gracias «. Todas las intervenciones gozaron de calurosos aplausos por parte del público asistente.