POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
Establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas se celebra desde el 5 de junio de 1973 con la finalidad de sensibilizar a la opinión internacional en un tema de tanta importancia, motivando a la humanidad como agentes activos de un desarrollo sostenible que nos proporcione un futuro más seguro, equitativo y próspero. Darle cara humana a los temas ambientales y fomentar un cambio de actitud hacia los mismos es la meta de esta jornada.
El tema para 2019 gira en torno a la «Contaminación del aire»; una llamada a la acción con que ayudar a combatir un grave problema que afecta a millones de personas en todo el mundo.
La FAO nos recuerda que cada año se desperdician 1,3 billones de toneladas de alimentos mientras, al mismo tiempo, una de cada siete personas del planeta se va a la cama hambrienta y –diariamente- más de 20.000 niños menores de 5 años mueren de hambre.
Un enorme desequilibrio con efectos devastadores puesto que la producción mundial de alimentos ocupa un 25% de la superficie habitable, un 70% de consumo de agua, un 80% de deforestación y un 30% de emisión de gases que habrá sido en balde si desechamos alimentos. La pérdida de biodiversidad es así muy notable con estas actividades.
En resumen, se trata de que pensemos antes de alimentarnos y así ahorremos para proteger el medio ambiente.
«Es hora de actuar con contundencia. Mi mensaje a los gobiernos es claro: gravar la contaminación, dejar de subvencionar los combustibles fósiles y dejar de construir nuevas centrales de carbón. Necesitamos una economía verde, no una economía gris». (António Guterres, Secretario General de la ONU).