POR SILVESTRE DE LA CALLE GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE GUIJO DE SANTA BÁRBARA (CÁCERES)
Las carnes de cabra y cerdo fueron en épocas pasadas las más consumidas, cuando no las únicas, en muchas zonas del medio rural español especialmente en zonas montañosas o relativamente pobres donde era complicada la cría de otras especies como las vacas o las ovejas ya que la carne de ave, tan consumida hoy, se reservaba para jornadas festivas.
Este era el caso de Guijo de Santa Bárbara, población situada en el centro de la comarca de La Vera, al noreste de la provincia de Cáceres y en las estribaciones occidentales de la vertiente sur de la Sierra de Gredos.
La economía guijeña giro durante siglos en torno a la ganadería, especialmente caprina, complementada por la agricultura, inicialmente de secano basada en cultivos como los cereales (centeno, cebada y trigo) y el castaño, introduciéndose posteriormente cultivos de regadío como la patata entre otros muchos. La alimentación de los guijeños estaba basada en lo que ellos mismos producían en el pueblo como castañas, pan, patatas, legumbres, leche, queso y carne de cabra y de cerdo, dependiendo escasamente del exterior para su subsistencia.
Existen estudios bastante antiguos y completos sobre las producciones guijeñas como el Interrogatorio de Tomás López realizado a finales del siglo XVIII, cuando el pueblo aún recibía el nombre de Guijo de Jarandilla por ser un barrio de la Villa de Jarandilla, o el llamado Manuscrito del Seminario escrito en 1845 cuando Guijo de Santa Bárbara era ya villa independiente.
FUENTE: https://elcuadernodesilvestre.blogspot.com/2024/12/500-cabras-y-300-cerdos.html