POR MIGUEL GALLEGO ZAPATA – GENERAL FRANCISCO JAVIER BAUTISTA JIMÉNEZ
Jesús Fernández Tudela, nació el 20 de septiembre del año 1903 en Lorca, donde se encontraba su madre pasando una temporada, pero tanto el como su familia vivían en San Javier, en la calle Andrés Baquero núm. 6. Trabajó como “listero” en la empresa “La Maquinista de Levante”, era el encargado de pasar lista a los obreros, anotando las horas normales y las extraordinarias, las faltas habidas por enfermedad u otras causas, si las había, y su sueldo no pasaba de las 4 (cuatro) pesetas diarias.
Un buen día se acercó a su jefe en “La Maquinista de Levante” y le dijo: “…Mire usted, don José, yo no sirvo para este trabajo tan monótono; no lo resisto, aunque no me quejo del jornal que recibo, voy a sentar plaza de soldado voluntario en la aviación”.
Así lo hizo, se cuenta como anécdota que, al desearle mucha suerte don José Maestre le dijo: “que esperaba que volviera de capitán”.
El día 8 de enero del año 1925 ingresó en el Arma de Ingenieros como soldado y con fecha 1 de diciembre de este mismo año ascendió a cabo, por R.O.C. de 29 de abril de 1926, se le nombra alumno de un curso de piloto de aeroplano y formaba parte de la 12ª promoción de pilotos de tropa e intervino en la pacificación del Protectorado Español en Marruecos.
El cabo Fernández Tudela ascendió al empleo de sargento el 15 de julio del año 1926 y como suboficial del Arma de Ingenieros del Ejército de Tierra, continuó afecto al Servicio de la Aviación Militar.
El 29 de julio de este año 1926 se le nombró piloto de aeroplano, por el Real Aeroclub de España, miembro de la Federación Aeronáutica Internacional, y con antigüedad de 28 de marzo del 1927, el sargento Fernández Tudela es ya piloto militar de aeroplano.
El 24 de enero de 1935, desde el Aeródromo de Tablada se pudo apreciar que el avión Nieuport Ni-52 que pilotaba el Alférez Jesús Fernández Tudela dejaba tras de sí una estela de humo, volaba bajo pero se vio obligado a saltar en paracaídas y mientra el avión se había estrellado y ardió, pero “Tudelita” como cariñosamente era conocido por sus compañeros, se salvó, pero aún tendría que salta dos veces más, el 31 de julio de 1936, en un servicio de defensa de la población de Córdoba fue ametrallado por otro avión republicano, salvó su vida lanzándose en paracaídas.
El 2 de septiembre del año 1936, “Tudelita” ya era Teniente y pilotando un Nieuport 52, cuando protegía una patrulla de aviones Breguet en el frente de Talavera fue sorprendido, sucesivamente, por dos patrullas de la Aviación Republicana, que volaban a mayor altura, éstas derribaron su avión y él se salvó lanzándose por tercera vez, en paracaídas que cayó entre dos líneas, donde herido permaneció mas de 40 minutos, hasta que una patrulla de Regulares lo rescató “con graves heridas que lo mantuvo siete meses fuera de combate”.
Con antigüedad de 26 de marzo del año 1937 es ascendido al empleo de capitán de la flamante escala del aire del arma de aviación y en el año 1943, siendo aún Capitán se la concede la “Medalla Militar individual”.
Con antigüedad de 24 de julio de 1945 ascienda al empleo de comandante de la del aire del arma de aviación del ejército del Aire y el 13 de octubre del año 1948 asciende a teniente coronel, estando destinado en la Escuela elemental de Pilotos del Grupo de Escuelas de Levante de Alcantarilla, destino donde continúa hasta comienzo del año 1950 que se destina al 13 regimiento desplegado en la Base Aérea de los Llanos, en Albacete.
Pero el teniente coronel Fernández Tudela no se llegó a incorporar al 13 Regimiento, perdió la vida cuando volaba hacia la Base Aérea de Albacete en el accidente de un Junker 52 de la Academia General del Aire, en las cercanías del pueblo de Tobarra, Albacete, junto con otros 15 miembros del ejército del Aire y cuyo sepelio fue presidido por el ministro del Aire teniente general Eduardo González Gallarza.
Al morir en acto de servicio y estar en posesión de la medalla militar Individual, ascendió al empleo de coronel y el “Club de Suboficiales de la Colonia Ruiz de Alda” en la Ciudad del Aire, en Santiago de la ribera lleva el nombre de coronel Fernández Tudela, teniendo en consideración que su carrera se había iniciado con el empleo de Suboficial, partiendo de soldado.
El ayuntamiento de San Javier le concedió una de sus importantes avenidas, el nombre de coronel Fernández Tudela, era la calle conocida como Camino Hondo, hasta la finca “El Recuerdo”.