VIDAL MUÑOZ, CRONISTA DE LA CIUDAD, REPASA LA HISTORIA DE CLUB
El CD Teruel arranca este domingo ante el Fraga la temporada 2017-18. El equipo que entrena Dani Aso inicia una nueva travesía por la Tercera División con un claro objetivo: regresar a Segunda División B. La categoría de bronce, a la que ya ha conseguido ascender en dos ocasiones, es el escalafón al que tratará de escalar la entidad mudéjar. Y lo hará en una campaña muy especial, la del 75 aniversario del club. Una efeméride que espera festejar con el equipo en una división superior.
Lejano en el tiempo queda ya aquel mes de julio de 1943. Entonces, bajo la denominación de Teruel Club de Fútbol, la capital turolense acogía el nacimiento de lo que hoy es, por historia, uno de los equipos más importantes de la ciudad. Siempre con el debido permiso del CV Teruel. La fusión de diferentes conjuntos de aquella época dio vida a un conjunto que, por primera vez, iba a representar a Teruel con la característica camiseta roja y pantalón azul, que a día de hoy continúa siendo el primer uniforme del club.
Con anterioridad, el fútbol había llegado a Teruel en 1917, de la mano de la Sociedad Deportiva Turolense. Entonces, unos terrenos en los Llanos de San Cristóbal –donde actualmente está ubicada la iglesia de San León– sirvieron como improvisado terreno de juego para un encuentro que enfrentó a la SD Turolense contra el Calatayud. El Mudéjar Turolense o equipos de barrio como el Goya o el Dorado fueron otros de los conjuntos que surgieron previamente en la década de los 40.
En los siempre complicados inicios, el club militó en Tercera División, donde se midió ante rivales aragoneses y navarros, hasta que en la temporada 45/46 se tomó la decisión de competir en la región valenciana. «Fue un desastre. El club se endeudó y cuando les tocó viajar para medirse a equipos de Baleares no pudieron. Sumaron una victoria y un empate, por lo que bajaron a Regional», explica Vidal Muñoz, cronista de la ciudad. Un golpe «atroz» para la ciudad, que pasó a ver a su equipo transitar por las categorías de Preferente y Regional.
No sería hasta 1954 cuando el CD Teruel toma su actual denominación. Gracias a gente universitaria, especialmente vinculada a la medicina como José Borrajo, Fernando Pascual o Aquilino Laguía, la entidad resurge poco a poco. Y lo hace, nuevamente, en la competición valenciana, esta vez en 3ª Regional, en la que permanecerá dos temporadas (54-55 y 55-56). El estadio de Pinilla, inaugurado en 1934 bajo el nombre de El Ensanche, se convierte en este momento en el núcleo fundamental. De tierra, por supuesto, no vería la hierba hasta los años 70.
Es entonces cuando un equipo aragonés denominado La Montañesa renuncia a jugar en Tercera, categoría a la que accederá el CD Teruel y en la que permanecerá 14 temporadas consecutivas, hasta la década de los 70. Se trata de un periodo muy importante para el club, en el que destacaron jugadores nacidos en Teruel como Manolo Torres, fichado por el Real Zaragoza en 1956. De la capital aragonesa, Torres saldría cedido al Real Madrid, con el que llegó a conquistar una Copa de Europa.
La venta de Luis Milla
Tras el descenso, el club entró en un periodo de inestabilidad en Regional. La temporada 83/84, junto al Ejea, el Teruel recupera su sitio en Tercera, ya bajo el mandato del presidente Manuel López. Es entonces cuando se produce uno de los momentos más importantes en la historia del club, concretamente en febrero de 1984. Un jovencísimo Luis Milla, de solo 17 años, es traspasado al Barcelona a cambio de un millón de pesetas y la disputa de un partido amistoso.
«Recuerdo esa etapa con muchísimo cariño y multitud de recuerdos. Tengo familia en Teruel, yo soy de allí y siempre estoy pendiente de cómo le va. Ojalá regrese pronto a una categoría superior», asegura Milla desde Indonesia, donde actualmente dirige a la selección nacional de ese país.
Su salida fue el preludio del gran hito del CD Teruel, que en la temporada 86/87, de la mano del caspolino Bienvenido Collao, consigue por primera vez en su historia el ascenso a la actual Segunda División B. Un acontecimiento sin precedentes que repercutió en que el club alcanzara los 2.200 socios en una misma temporada (actualmente cuenta con alrededor de 700). Se mantuvo hasta cuatro años en la división de bronce, codeándose con equipos que actualmente militan en la élite del fútbol español, como el Villareal, Levante, Numancia… incluso llego a jugar la Copa del Rey. «Recuerdo perfectamente el gol que marcó Juanito de cabeza con el Málaga en Pinilla. Ganó el Teruel 2-1, pero después, en La Rosaleda, les eliminaron tras perder 2-0», evoca Muñoz, que fue miembro de la junta directiva de la entidad entre 1982 y 1991. Durante ese periplo, el club alcanzó un meritorio cuarto puesto en la 88-89. Una inolvidable aventura que concluiría en el curso 90-91. Colista, con solo cinco victorias, el Teruel desciende y vuelve a caer a Tercera División.
A partir de ahí y durante las dos siguientes décadas, la entidad truncó varias eliminatorias de ascenso por retornar a Segunda B. Un éxito que consiguió por segunda vez en su historia en la 09-10. Tras quedar campeón del grupo aragonés, el equipo entrenado por Ramón Calderé asciende después de superar al Noja, hasta que en la temporada 12-13 consuma un descenso del que todavía no ha conseguido resurgir.
Desde este domingo, los jugadores de Dani Aso se enfundarán una camiseta que ya cuenta con el distintivo del 75 aniversario. La ciudad volverá a empujar un año más a un CD Teruel que, con el apoyo del antiguo pero renovado estadio de Pinilla, tratará de culminar un nuevo intento por regresar a Segunda B.
Fuente: http://www.heraldo.es/ – Javier Oliván Lázaro