EL AYUNTAMIENTO DA CUMPLIMIENTO A UN ACUERDO DE HACE 100 AÑOS PARA COLOCAR UNA PLACA EN HONOR AL DOCTOR MANUEL OLIVERA, POR SU LABOR Y ACTO EN EL QUE PARTICIPARON ENTRE OTROS, ELISEO IZQUIERDO, CRONISTA OFICIAL DE LA LAGUNA (TENERIFE)
La vida del doctor Manuel Olivera y Olivera acabó hace 100 años a causa de la gripe que asoló el municipio en 1918, pero no sin antes ayudar a todos los enfermos que pudo. Ayer, 12 de diciembre, se cumplió un centenario de su fallecimiento y ese ha sido el tiempo que el Ayuntamiento de La Laguna ha tardado en dar cumplimiento a un acuerdo plenario que se aprobó tan solo una semana después de su muerte: poner una placa en su honor en la vivienda que lo vio nacer y donde creció, en la calle Herradores, y en la que hoy viven algunos de sus familiares.
El acto de descubrimiento de la placa contó con la asistencia del alcalde, José Alberto Díaz; la concejal de Patrimonio Histórico, Candelaria Díaz; el concejal del Partido Popular Iván González; el cronista oficial de La Laguna, Eliseo Izquierdo; y el portavoz de la familia, Manuel Olivera, quien estuvo acompañado por decenas de familiares que no quisieron perderse el momento en el que por fin La Laguna rendía homenaje a su familiar más distinguido.
José Alberto Díaz destacó «la entrega absoluta hacia los demás, tanto en el plano personal como en el plano sanitario, como demuestra su labor durante la epidemia de la gripe española que afectó a la ciudad hace 100 años, y que al final le costó también la vida».
El regidor lagunero bromeó con el hecho de que se haya tardado un siglo en culminar este acuerdo plenario, ya que «es verdad que en las administraciones somos rápidos y por eso hemos tardado solo 100 años en dar cumplimiento a este acuerdo municipal. Es verdad que la plaza en su nombre se hizo en su momento, pero nos agrada que hayan decidido esperar a que nosotros estuviésemos esperando para este acto». Díaz quiso destacar la labor humanitaria y profesional de Manuel Olivera, quien «atendió a los ciudadanos con plena igualdad, y eso merece un reconocimiento».
Manuel Olivera señaló que el de ayer era «un día grande para la familia», al ser el aniversario del fallecimiento de su familiar «en el cumplimiento de su deber, atendiendo sin descanso sobre todo a las familias más pobres y necesitadas del municipio lagunero, ciudad que amaba y por la que dio su vida».
El doctor Manuel Olivera nació en La Laguna en 1844. Estudió en el Instituto General y Técnico de Canarias. Al terminar el Bachillerato continuó sus estudios en Madrid, donde se licenció en Medicina y Cirugía en 1868. Posteriormente, se trasladó a París, donde trabajó en varios hospitales y preparó su tesis doctoral, de la que se graduó en Madrid como Doctor en Medicina. Volvió a La Laguna, donde continuó su pasión por la sanidad y trabajó, hasta su fallecimiento, como director del Hospital de Dolores. Olivera tuvo cinco hijos y otra de sus pasiones, según explican sus familiares, era acompañar a una de sus hijas al piano mientras ella cantaba.
La enfermedad
Durante la pandemia de gripe de 1918 que afectó a La Laguna y al resto del mundo, y después de tratar a varios vecinos, se contagió asistiendo a un enfermo de Las Gavias, falleciendo a los pocos días, a punto de cumplir los 74 años. Tan solo una semana después, el pleno de La Laguna aprobaba dos reconocimientos para él: dar su nombre a la hasta entonces llamada Plaza de la Antigua, que se llevó a cabo de inmediato, y colocar una placa con su nombre en la casa donde nació y falleció, algo que nunca se llegó a hacer y por lo que los propios familiares crearon una comisión para reactivar este acuerdo y lograr su cumplimiento en el centenario de su fallecimiento.
Sus familiares también quisieron recordar ayer a otro médico, Antonio Zerolo, que falleció unos días antes que Olivera -con tan solo 27 años- afectado por la misma enfermedad. Yaiza Rodríguez.
Fuente: https://www.laopinion.es/la-laguna/2018/12/13/vida-acabo-gripe/936340.html