POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Allí, en la calle, ahora de las Peñas, antes de la Judería, ha llegado un tiempo de arreglar y renovar una de sus casas. Angosta y con fondo. Pequeña de proporciones. Dos altos escalones en la fachada. Otro tras dejar un breve espacio en la entrada. Los techos de cuartones, tablas y alfajías. Esta casa, este lugar formó parte de la vida de hombres y mujeres, ancianos y niños que se encontraban unidos a finales del s. XV a la aljama de Mérida, a la que se repartieron dos mil quinientos maravedíes, decretados en Segovia por el Rabí Jacó Aben-Núñez, Físico del Rey y Rabí Mayor del reino hebreo.
Eran artesanos y ejercían el comercio de lo que producían: zapateros, herradores, sastres, herreros, tejedores y hortelanos, entre otros oficios. Aquí amaron, cantaron, rezaron, compartieron y sufrieron las desgracias. Cuando los Reyes Católicos decretaron su expulsión, las actas de los visitadores santiaguistas hablan de los conversos y cristianos nuevos, antiguos judíos, siendo siete u ocho vecinos (cabezas de familia) a los que los visitadores encomendaban al cura párroco de San Pedro, fuesen bien instruidos e informados en las cosas de la Santa Fe Católica.
Años después, en el transcurrir del siglo XVI, el Tribunal del Santo Oficio de Llerena condenó a varios descendientes de aquellos judíos que vivieron en Montijo, que, convertidos al cristianismo fueron denunciados por ser herejes judaizantes, al practicar, según testigos, en clandestinidad ritos y ceremonias de su fe, transmitidos por sus antepasados. Hombres y mujeres, que por pensar de forma diferente sufrieron en sus carnes la dureza del Santo Oficio.
¿Estarán las llaves de las casas de la Judería de Montijo en manos de familias en Israel o en un país del Mediterráneo oriental? Cuando se marcharon pensaron que iban a regresar. Por eso se llevaron pertenencias que esperaban volver a utilizar, manteniendo las llaves que hoy tienen sus descendientes. Llaves que cerraron y abrieron la vida, los destinos, la memoria y los sueños.