POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Inspirado en el título de la presentación “Los nombres de los barcos”, en el Club de Prensa Asturiana, redacto este billete. No asistí al acto, ignoro si se mentó lo que aquí diré, y bien quedaría en homenaje o guiño a la huelga femenina en favor de la igualdad. Sostengo que el hombre suele bautizar su embarcación de recreo con el nombre de su esposa, de su diosa doméstica, una coartada para navegar con ella sin ella; echad un vistazo al pantalán de cualquier puerto deportivo y averiguaréis la identidad de las consortes que se quedan en seco los fines de semana. No conozco barcos con nombre propio masculino, tampoco a ninguna navegante que pinte el nombre de su esposo en su velero, es más, no conozco a mujeres navegantes, todavía necesitan tiempo para aficionarse a la vela, dejarnos en casa sacando brillo a los alicatados y salir los findes al Cantábrico al timón del “Pepe-II”.
Fuente: https://www.lne.es/