POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA
La nevada del 2 enero de 1914
Espectáculo raro por lo poco frecuente fue el que se pudieron contemplar los torrevejenses y otros pueblos de la comarca al ver caer la nieve de lo alto y cubrir en breve el suelo, los tejados, la playa, los barcos y las plantas. Por la mañana se pudo contemplar durante varias horas, llegando en algunos momentos la intensidad de la nevada verdaderamente extraordinaria, como demuestras las placas tomadas por el fotógrafo Alberto Darblade.
Al amanecer aparecieron los terrados con una delgada capa de nieve que indicaba haber caído haber caído a últimas horas de la madrugada en cantidad insignificante; pero desde las nueve y hasta las once de la mañana el fenómeno meteorológico se desarrolló en proporciones importantes, dejando contemplar toda la belleza y grandiosidad que este fenómeno lleva consigo.
Un viento impetuoso de N.O. que se levantó poco después de las once, hizo que la nevada fuera poco a poco debilitándose, hasta extinguirse.
En el año 1915, a consecuencia de un temporal del embarrancó en la punta de Pilas de Torrevieja el bergantín goleta “Seis de Enero” que quedó totalmente destrozado por las rocas del fondo de La Punta, pudiendo salvarse toda la tripulación. El temporal produjo igualmente numerosos daños en varias parejas de pesca, que ese día se encontraban fondeadas en la bahía, cerca del Muelle Mínguez.
A finales de noviembre de 1916, debido al continuo temporal de lluvias, el río Segura adquiere caracteres alarmantes al aumentar la subida de su nivel. En Albatera se organizó un tren de socorro para llevar desde Torrevieja lanchas que sirvieran de ayuda a los habitantes anegados por el agua.
El 1 de diciembre, cumpliendo órdenes del gobernador de la provincia bajo la dirección del alcalde de Torrevieja, una expedición de cinco embarcaciones partió con destino a prestar auxilio en la huerta inundada de Orihuela; al poco de recibirse la orden, salieron en carros, por ser el medio más fácil y rápido de transporte, yendo a cargo veinte hombres de tripulación.
No habían pasado tres semanas, el 20 de diciembre, noticias oficiales recibidas de Orihuela indicaban una nueva subida del río Segura, habiendo inundado una gran extensión de huerta. El alcalde de Torrevieja ordenó que salieran botes con personal para auxiliar a los labriegos aislados, yendo también fuerzas de la guardia civil y seguridad. También fue enviado material y personal para el salvamento.
En la tarde y parte de la noche del 7 de enero de 1919 se desencadenó un furioso vendaval de levante que causó graves daños a varias embarcaciones. Se hundió en Torrevieja el velero “María de la Concepción”, que se encontraba con el cargamento de sal al completo y dispuesto a comenzar su viaje a Melilla. Sus tripulantes estaban en tierra a excepción de uno de ellos que estaba en funciones de guardia, viéndose obligado a sufrir todo el temporal a bordo, hasta que, llegado un momento en que la furia del viento arrojó a la embarcación cerca de la playa y el guarda tuvo la suficiente valentía para salvar a nado casi toda la distancia que para llegar a tierra le faltaba.
Extenuado y sobre la arena de la orilla lo encontraron los vecinos de Torrevieja Jerónimo Torregrosa, propietario del “Hotel Reina Victoria”, y Enrique Ballester, que con arrojo y valentía pudieron cogerlo, después de grandes trabajos, llevándolo a su domicilio, donde guardo cama a consecuencia de las emociones y malos ratos sufridos.
Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 12 de abril de 2014