POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Venía yo de la casa natal de Bécquer, en la sevillana calle Barajas, casi esquina con la plaza San Lorenzo, donde el trastaranieto del poeta me había invitado a un «palo cortao» y, cuando me encaminaba por la sombra a la calle Argote de Molina, donde me esperaba una pariente de Gloria Bermúdez, el personaje de Palacio Valdés en «La hermana San Sulpicio», vi a un pobre en la calle Velázquez, junto a la Casa del Libro, con este cartel: «Tengo hambre, tengo nietos, no tengo piso». Antes se decía «tengo hijos» y uno imaginaba niños desarrapados, esperando la comida con la boca abierta, bajo un puente, pero, en este caso, ¿hasta dónde y hasta cuándo su responsabilidad?, ¿para qué y para quién pide?, ¿quién le aguarda en el puente?, ¿lo echaron del piso sus hijos?, ¿no aguanta a los nietos? Le di una limosna y le dije: «Para el hambre».
Fuente: http://www.lne.es/