MARGARITA TORRES, CRONISTA OFICIAL DE LEÓN, PASÓ POR EL PROGRAMA SIN DAR EXPLICACIONES DETALLADAS SOBRE LA TRAYECTORIA DEL CALIZ DURANTE SU PRIMER MILENIO DE EXISTENCIA
El supuesto Santo Grial de San Isidoro está resultando un éxito mediático de primer nivel, y de hecho, los escaparates de las librerías leonesas ya han empezado a lucir los ejemplares de la segunda edición de Los Reyes del Grial. Es decir, del estudio histórico de unas 250 páginas que según los doctores universitarios Margarita Torres Sevilla-Quiñones, cronista oficial de León, y José Miguel Ortega del Río, sostiene la identificación de la copa del cáliz de doña Urraca como Santo Grial, Cáliz del Señor o Copa de la Última Cena. O en una versión más moderada y contenida, como el considerado y venerado como tal desde el siglo IV.
Sin embargo, nada de esto se demuestra en dicho estudio y por el contrario, varias fuentes que aparecen en él resultan contradictorias para mantener con honestidad su «descubrimiento». Incluso, también puede señalarse como contradictorio algún razonamiento de los autores, como ese que se refiere a las vajillas de la época, en el que se argumenta que la tallada en piedra semipreciosa, como el sardónice o el ágata, se convirtió, en los siglo I a. C. -I d. C., en un objeto de moda…. debido a la demanda generada, comenzaron a realizarse en vidrio porque asemejaba la piedra y resultaba menos costoso, v. p. 165.
En fin, demasiado para un cáliz del siglo XI, sobre el que no hay ninguna prueba de que se venerara en el Santo Sepulcro. Así es, porque el manuscrito de 28,5 cms x 14,5 cms que tradujo Gustavo Turienzo Veiga señala que: «Dice al-Qifti que la copa que dicen los cristianos que es la copa del Mesías -la paz sobre él-, utilizada durante la celebración con sus seguidores -que Dios sea misericordioso con ellos-, se encontraba en una (mancha) de las iglesias pequeñas que están en los alrededores de Jerusalén…, v. p. 196.
Sin embargo, el golpeo mediático para intentar asentar este frágil estudio no cesa y ayer el programa Cuarto Milenio ofreció una amplia exposición-debate, en la que participó Margarita Torres con el desparpajo habitual que la caracteriza. Autoavalándose con el «rigor científico» de las investigaciones universitarias, la Cronista Oficial de León pasó nuevamente como una exhalación sobre el primer milenio de existencia de la copa, es decir, sobre la indispensable trayectoria que debería de enlazar con los textos traducidos por el arabista Gustavo Turienzo.
En esos momentos, se echó en falta que el presentador o alguno de los entusiastas contertulios le hiciese una pregunta tan sencilla como ¿y que trayectoria siguió la copa durante su primer milenio de existencia?. Pero no, no tuvimos suerte y al menos durante los próximos días, seguiremos con el insostenible descubrimiento. Y que nadie lo dude, porque ya se está anunciando que la próxima intervención de Margarita Torres será en el Colegio Peñacorada de León, mañana, a partir de las 16:00 horas.
Pero una de las cosas más tristes de todo esto y a mí no me cabe la menor duda, es que a pesar de los silencios de la Universidad de León, de la basílica de San Isidoro y del apoyo incondicional del Diario de León, este Santo Grial no tiene un largo recorrido y cuando llegue el momento de posicionarse definitivamente, el sorprendente «descubrimiento» del que muchos ya se han empezado a lucrar, sólo le va a acabar pasando factura a Margarita Torres Sevilla.