POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Admiro este lugar. Es la iglesia del antiguo Convento de San Francisco el Real de La Coria, en Trujillo. Su poblada hiedra da un toque místico regalándonos su vida, su alma, en un espacio que parece estar desolado y cuando estás en él percibes su pasado, los oficios, las miradas, los rezos que iban y venían en medio de los arrobos de amar y ser amadas. Allí, donde las ruinas rehabilitadas han dado una segunda vida, en la iglesia de La Coria, el verde se funde en el Alfa y Omega.
La primera vez que participé en los Coloquios fue en 1998. Luego un vacío por otros quehaceres hasta que llegaron los años 2016, 2017 y 2018. Acabo de terminar y enviar, para esta nueva edición, la ponencia que presentaré a finales de septiembre; que será la quinta. Lo haré con vocación y pasión en el salón de actos del Convento de San Francisco el Real de la Puerta de la Coria, conocido popularmente como Convento de La Coria, que data del siglo XV, siendo en su origen convento de monjas de la Tercera Orden Regular franciscana. Está ubicado dentro del Conjunto histórico de la ciudad de Trujillo, sobre las murallas y junto a una de sus puertas, la que partía el camino que conduce a la ciudad de Coria. A ello responde su nombre actual.
El convento fue abandonado durante la guerra de la Independencia y luego con la desamortización, sufriendo un proceso de ruina progresiva hasta que, en el año 1969, Xavier de Salas y su mujer Carmen Ortueta lo adquirieron y emprendieron las labores necesarias de desescombro, consolidación de cimientos y restauración pausada hasta 1981, fecha en que el edificio fue donado para sede de la Fundación Xavier de Salas.
Este año los XLVIII Coloquios Históricos de Extremadura que se celebrarán en Trujillo, en la sede de la Fundación, están dedicados a la figura de don Xavier de Salas Bosch, director del Museo del Prado en conmemoración del bicentenario de su creación (1819-2019).