POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Uno sale de Oviedo por la N-634, pasa La Pixarra y la primera rotonda, sigue en dirección a Santa Marina de Piedramuelle (me encanta el nombre), llega a la segunda rotonda y por la cuarta salida, como dirían Siri o Cortana en la voz de Iratxe, de rumbo oeste o poniente se pasa al este o levante para buscar el enlace con la ronda A-63 a Santander, León, Oviedo centro…; antes de alcanzar dicho enlace, a doscientos metros, en la margen derecha de la carretera, se abre el bar La Aldea; los cuadros desastrosos en su interior, según mi teoría, son claro indicio de muy buena cocina, especialista en callos y caracoles. Cocina Carmen Fernández, atienden, entre otros, su hija María y Luis José Sanz. Pedí callos de casa, callos de confianza, y caracoles que resultaron toledanos, riquísimos. De los caracoles hablaré mañana, ahora marcho al monte, al pico Calabazosa, que contaré el lunes si no me hizo daño su digestión.
Fuente: https://www.lne.es/