ESCRITORES, LECTORES Y 7.000 LIBROS SE REÚNEN EN LA PLAZA DE TRASCORRALES HASTA EL 18 DE MAYO NO FALTANDO LA CRONISTA DE LA CIUDAD, CARMEN RUIZ TILVE
El año 2012 fue el último que LibrOviedo se desarrolló bajo una carpa instalada en el paseo de Los Álamos. Esa edición, la número 19, batió récords de visitas y ventas. Pasaron por allí 95.000 personas que compraron más de 6.000 ejemplares. Las dificultades económicas de 2013 llevaron a los libreros a la plaza de Trascorrales, cedida por el Ayuntamiento de Oviedo, justo el año que la feria celebraba su veinte aniversario. Pero fue un poco desesperanzador. Las ventas se redujeron un 30%. Este año «daremos el do de pecho y será rompedor», avanzó ayer el presidente de la asociación de libreros de la capital, Luis Martín. Se ha marcado como reto «batir los 70.000 visitantes, y creemos que lo vamos a lograr», dijo ayer mirando a su alrededor tras una bulliciosa inauguración.
A las doce estaba prevista la apertura de la cita librera a la que asistió buena parte de la Corporación, de todos los grupos políticos (incluso exconcejales como Jorge Fernández Bustillo o Carlos Fernández Llaneza), junto con el alcalde, Agustín Iglesias Caunedo y la consejera de Cultura, Ana González, acompañada por el viceconsejero Alejandro Calvo. Pero políticos no fueron los únicos. No faltaron la cronista de la ciudad, Carmen Ruiz Tilve, la galerista Lucía Falcón, la editora Marta Magadán, el presidente de la Unión Hotelera Fernando Corral, la delegada de la ONCE en Asturias Matilde Gómez o el responsable de la Federación Asturiana de Comercio Severino Álvarez Zaragoza, entre otros.
Caunedo se llevó ‘Castigo para los buenos’, ‘Pequeñas guerras, lugares remotos’ y ‘El arte de leer’. La consejera, la ‘Iliada’, ‘Cánticos’, el libro sobre los 50 años de Forges y «una policíaca». Cuando ellos dejaron la feria, Trascorrales se vació. Quedaron prácticamente solos los libreros que ya tenían todo listo para el comienzo de su cita anual. Este año son siete librerías las que participan, porque se ha caído Cervantes por motivos logísticos. Las siete trabajan estos días como si formaran parte de una cooperativa para conformar la librería única que, desde 2007, presentan en LibrOviedo. Quisieron dejar atrás un formato de ‘casetas’ importado de otras ferias, como la madrileña, que en la ciudad, consideraron, no tenía sentido. Dejaron paso a una gran librería, una fórmula prácticamente única en todo el país.
Entre los participantes se reparten los temas. Cada librero encarga a las editoriales los textos sobre literatura infantil, juvenil, cómic, poesía, narrativa, novela histórica, negra, actualidad o viajes. Las empresas los mandan directamente, en este caso a Trascorrales, evitando que los libreros carguen con ellos hasta la feria y multiplicar el mismo título por tantas casetas instaladas y competir entre ellas. Todo lo factura la asociación. El trabajo, las ganancias y las pérdidas, las distribuyen. Ellos están satisfechos de un formato que les ha unido y les anima a seguir adelante a pesar de las posibles dificultades que puedan ir surgiendo. Como ocurrió el año pasado cuando al llegar a Trascorrales vieron cómo los visitantes y sus compras no eran tan numerosos como en el paseo de Los Álamos. «Regresaremos. Es el sitio natural», pensó Chemi García. «Aunque el escenario es muy bonito, tenemos la mitad de espacio», lamentó. Eso es evidente: «Desearían más metros cuadrados, pero los medios son los que son y hay que adaptarse a la realidad», puntualizó poco antes el alcalde sobre la posibilidad de que LibrOviedo permanezca en Trascorrales o regrese a la calle Uría. Los libreros decidirán en el futuro según sus posibilidades.
Por el momento, está en la antigua plaza del pescado y el cambio tiene ventajas como que no surgen inconvenientes si llueve o hace calor. Está claro que el espacio es más agradable que el de una carpa, y en eso no hay discrepancias. «A ver si la gente se va acostumbrando al nuevo sitio y este año vienen más», animó Pedro Polledo, de la librería Santa Teresa.
Quieren más y la cifra la han marcado en 70.000. «Es un poco difícil pero estaría muy bien» para una librería «en la que tienes de todo», apuntó Sonia Fernández, de Ojanguren. Hasta temática militar, que lleva el Ministerio de Defensa. El año pasado no estuvo en la feria pero en esta ocasión ha regresado. Trae en primicia ‘Mirando al cielo’ sobre el 75 aniversario del Ejército del Aire, y otro buen número de publicaciones, además de mapas o revistas. El delegado de Defensa en Asturias, Vicente Bravo y el capitán Luis Talavera estuvieron ayer en LibrOviedo encomendando sus libros a Áurea y Pilar Fernández, de la librería Elías. Ellas se encargarán de unos títulos muy concretos en esta librería única.
Un formato que «algunas ciudades piensan imitar», añade Enrique Maradona de La Palma. Y todos coinciden en que «dan un mejor servicio al cliente» con más variedad. 7.000 publicaciones distintas pueden verse y comprarse hasta el 18 de mayo en Trascorrales. Este año en LibrOviedo hay un apartado especial para Gabriel García Márquez y para ‘Platero y yo’, además de presentaciones de libros realizadas por sus autores y debates.
Los temas pendientes
Ayer hubo hasta reproches políticos. El alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, confía que los presupuestos regionales para el año que viene solventen «los temas pendientes de la Consejería de Cultura» con la ciudad. El museo de Bellas Artes es uno de ellos. «A la última junta no fue el Ayuntamiento», respondió la consejera Ana González, con las mismas «preocupaciones» que la capital por poner en marcha un «equipamiento que amplía y mejora las instalaciones».
Fuente: http://www.elcomercio.es/