POR SEBASTIAN BARAHONA VALLECILLO, CRONISTA OFICIAL DE MENGIBAR (JAÉN)
Con motivo de las guerras de Granada entre los Reyes Católicos y los musulmanes del reino nazarí, los soberanos cristianos debieron establecer la corte en distintas localidades andaluzas, siempre cercanas a la frontera con el reino granadino. Uno de esos lugares fue Jaén y sus alrededores, concretamente en 1489.
Un documento procedente del Archivo General de Simancas (1), que nos habla del pleito entre la ciudad de Jaén y el Caballero Veinticuatro de la misma, don Rodrigo Messía Carrillo, sobre unas ocupaciones de tierras en Mengíbar, del que hemos hablado en números anteriores, nos aporta noticias de la presencia en Mengíbar del Príncipe Don Juan, primogénito y heredero de los Reyes Católicos, que había nacido el 30 de junio de 1478 y proclamado Príncipe de Asturias dos años más tarde. Nunca disfrutó el Príncipe de buena salud y creció débil, bajo los cuidados exquisitos de su ayo, don Juan Zapata y de su maestro, Fray Diego de Deza. Contrajo matrimonio con Margarita de Austria en Burgos, el 19 de marzo de 1497, cuando apenas contaba 19 años, falleciendo en Salamanca, el 4 de octubre de ese mismo año, siendo enterrado en el convento de los dominicos de Santo Tomás de Avila, bajo un túmulo de Dominico Fancelli. Su muerte cambió la historia de España.
En 1489, cuando el Príncipe tiene 11 años, la Corte está en la ciudad de Jaén. Su mala salud, pudo ser la causa de que sus cuidadores le aconsejasen descansar y divertirse en algún lugar de los alrededores de la ciudad, concretamente en Mengíbar, en el domicilio de algún noble hacendado y fiel servidor de los Reyes.
En el citado pleito, Antonio Pérez Delgado, vecino de Mengíbar, de 40 años de edad, declara en el interrogatorio ante el juez lo siguiente:
“A la tercera pregunta dixo que de el dicho tiempo que se acuerda vido la dicha calle pública e syendo este testigo pequeño jugando a la ballesta El príncipe don Juan que santa glorya aya se puso encima de las paredes a ver como jugaban a la ballesta su alteza en las casas de pedro de linares e que unos pajes que jugaban con su alteza a la ballesta dezían tírele vuestra alteza a la paloma e que desto se acuerda…”
La interesante escena que nos narra este testigo nos aporta una prueba de la presencia del Príncipe don Juan en Mengíbar, practicando un deporte o juego en aquellos días, ejercitándose en el tiro con la ballesta a las palomas.
Otro testigo, Esteban Zamora, de 50 años, natural de Mengíbar y vecino de Bailén, contesta al interrogatorio así:
“A la quinta pregunta dixo que sabe que entre las casas de pedro de linares e las dichas casas del dicho don rodrigo yba e abía otra calle pública por donde yban e benían todos los que queryan e questando El príncipe don juan que aya glorya en el dicho lugar Mengíbar lo bido este testigo jugar al tejo en la dicha calle con algunos caballeros…”
En esta ocasión el testigo interrogado recuerda ver jugar al Príncipe al tejo, llamado también truque, juego conocido ya por los egipcios y griegos.
Pero el citado pleito nos suministra otras interesantes noticias, como la estancia del Príncipe Don Miguel, hijo de la Infanta Isabel y del Rey Manuel de Portugal, nieto por tanto de los Reyes Católicos, que también murió muy joven, concretamente con dos años.
La estancia de este otro Príncipe en Mengíbar aparece en el interrogatorio antes dicho, cuando aparece la declaración del vecino de Mengíbar, Pedro de Sarabo, de más de 55 años de edad. Así contesta a la cuarta pregunta:
“A la quarta pregunta dixo que sabe que en las dichas casas avía dos torres e que una dellas estava a la esquina donde está la cámara que dizen del príncipe don myguel e que la otra estava en medio del patio de las dichas casas las quales el dicho don rodrigo mandó derribar e se derribó la una y este testigo la halló derribada e la otra fue en hazella derrocar este testigo por mandado del dicho don rodrigo…”
El que una cámara -entonces la habitación principal de una casa o palacio- se conociese como la del Príncipe don Miguel, demuestra que en ella debía de haber estado alojado el nieto de los Reyes Católicos.
Hemos averiguado que las casas aludidas en este pleito, donde estuvieron alojados los Príncipes durante su estancia en Mengíbar, habían sido propiedad de don Pedro Barrionuevo y Carvajal, Regidor de la ciudad de Jaén, que hacia 1491 las vende a don Rodrigo Mesía Carrillo, señor de La Guardia y Santofimia., muy probablemente, la Casa Palacio, propiedad hoy de la familia De la Chica.
Podemos concluir afirmando que en aquellos finales años del siglo XV, Mengíbar debió de gozar de ciertos atractivos para que tan ilustres personajes visitaran este lugar, disfrutando en el mismo de correrías por las dehesas de su término, entonces con caza abundante, y de largos paseos por los frondosos sotos de sus ríos.
Fuente: http://www.elblogdemengibar.com/