JOSÉ MARÍA SAN ROMÁN CUTANDA, CRONISTA OFICIAL DE LAYOS (TOLEDO), PUBLICÓ UN ARTÍCULO TITULADO “EVOLUCIÓN HISTÓRICO-JURÍDICA DEL MARCO LEGAL DE LA PROFESIÓN DE GUÍA TURÍSTICO EN ESPAÑA
En el número 7 de la revista Archivo Secreto, de 2018, José María San Román Cutanda, cronista oficial de Layos, publicó un artículo titulado “Evolución histórico-jurídica del marco legal de la profesión de guía turístico en España: algunos apuntes sobre el Turismo en Toledo”. En él realiza un repaso normativo de esta actividad profesional de singular importancia en nuestra ciudad, tanto desde el punto de vista económico como de la difusión del patrimonio.
Miles de personas llegan a Toledo cada día procedentes de diferentes países y muchas de ellas requieren los servicios de guías turísticos que les informan de nuestras tradiciones y costumbres, de nuestras leyendas e historias, del patrimonio artístico y arquitectónico, de la vida de los toledanos… En unas pocas horas la impresión que reciben de nosotros y de la ciudad en la que vivimos estará muy condicionada no solo por lo que ven sino, sobre todo, por lo que oyen de estos interlocutores tan necesarios.
Como se indica en el texto citado, la aprobación del Real Decreto de 6 de octubre de 1905, por el que fue creada la Comisión Nacional para el Fomento del Turismo, supuso, para algunos autores, la “piedra fundacional del turismo español”. Y aunque esta Comisión desapareció en 1911, su actividad normativa fue de especial importancia. Así por una Real Orden Circular de 17 de marzo de 1909 comenzó a regularse en España la actividad desarrollada por intérpretes y guías de turismo.
Pero en Toledo esto ya se había producido unos años antes. Es más, según indica José María San Román, nuestra ciudad fue pionera en la materia. Así, el gobernador civil Germán de Avedillo y Juárez aprobó, el 8 de diciembre de 1902, un Reglamento para el buen régimen en el servicio de Intérpretes-Guías, para la visita de edificios histórico-artísticos de Toledo. Los guías precisaban tener buenos conocimientos histórico-artísticos de la ciudad; y los intérpretes, además, debían saber uno o varios idiomas extranjeros. Para ello debían superar los correspondientes exámenes. Otros muchos aspectos como su identificación, su vestimenta, sus tarifas… aparecen reflejados en este excepcional documento conservado en el Archivo Municipal de Toledo.
El turismo se convertiría a lo largo de ese siglo en el principal motor económico de la ciudad. Toledo fue la primera ciudad española que reglamentó la actividad de sus guías.
Fuente: http://www.toledo.es/ – Mariano García Ruipérez