POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Mi hijo, que firma sus fotografías como «Fidi Fidalgo», acaba de colgar en su muro de Facebook esta «semeya» del otoño gijonés donde el verdor de arbolado y vegetación de prau tal parece que muestran un tiempo más primaveral que de otoño.
¡Octubre y otoño -me dije- pero si es tiempo de AÑO NUEVO y TIEMPO DEL PERDÓN en la tradición judía! ¡Esto hay que celebrarlo!
Recuerdo que, hace años, en una de las comidas mensuales del grupo GASTRONOMÍA DE LA AMISTAD tuve una amistosa «discusión» con mis amigos Armando Álvarez y su esposa María Luisa acerca de la celebración del Año Nuevo judío. Ellos me decían que con los dos primeros días del mes de Tishrei (muy a primeros de octubre), que es la Fiesta del Rosh Hashaná; y yo argumentaba que era en los primeros días de abril según se deduce de la lectura del Libro del Exodo («mensis iste vobis principium mensium ; primus erit in mensibus anni»).
Pues eso, Armando y María Luisa tenían razón en muy gran parte y yo en muy pequeña parte. Según la tradición judía la fiesta de Rosh Hashaná marca el comienzo del año porque en esos días fue cuando Dios Yahvé CREÓ A ADÁN. Los judíos, también en su tradición e historia religiosa, pasados unos 10 días del Año Nuevo celebran el DÍA DEL PERDÓN o de LA EXPIACIÓN conocido como YOM KIPPUR.
Según mis datos acerca de las costumbres judías (y espero que me corrijan los expertos en este tema), tengo entendido que es costumbre celebrar estas fiestas con menús a base de pescado y como postre, frutas del otoño tales como granadas, nueces, MANZANAS BAÑADAS EN MIEL, etc.
¡Esta es la ocasión!, volví a hablar conmigo, voy a preparar una cena ligera y como postre «unes manzanines minganes» que me regalaron mis primos de La Poledura, que es parroquia de Duz en el Concejo de Colunga, «el de la mejor manzana de la comarca asturiana».
¡Manzanes minganes, oigan! ¡Manzanes minganes de les de antes, de les que ya casi non queden!
Y así voy a cumplir mi propósito.
Las manzanas, sin pelar, las «agujereo» en su interior para eliminarlas «el corazón» (la «jaspia», que dicen en Gijón) y ese hueco lo relleno con un chorrito de miel de Boal y otro de vino oloroso andaluz. Después, al horno ya precalentado a unos 160-180º C. Como la manzana mingán es blanda asan en unos minutos.
Y, claro, para acompañar, SIDRA DEL DUERNU o si ya lleva mayada de día, una SIDRA DULCE.