POR JOSÉ ANTONIO FILTER RODRÍGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE CAÑADA ROSAL (SEVILLA)
El pasado sábado, dentro del acto institucional de celebración del 250 aniversario de la fundación del núcleo de El Campillo, el Ayuntamiento de La Luisiana-El Campillo tuvo el detalle de ofrecerme un sencillo, emotivo y entrañable reconocimiento por mis más de cuarenta años de investigación en la recuperación de la historia de nuestras colonias y la puesta en valor de su patrimonio cultural y señas de identidad.
Un acto en el que intervinieron la Alcaldesa del Ayuntamiento de La Luisiana-El Campillo María del Valle Espinosa, el Alcalde de Cañada Rosal Rodrigo Rodríguez Hans, el Tte. Alcalde de dicho Ayuntamiento Juan Manuel Rivero García, el Hno. Mayor de la Hermandad de la Virgen de Fátima José Antonio José Antonio Rivero Rodríguez, el Cura Párroco de Cañada Rosal y El Campillo don Fernando Flores Pistón y quien escribe.
También se contó con la presencia del director del IES Pablo de Olavide, Vicente Mazón, la directora del Ceip Antonio Machado LA Luisiana Sevilla, Inma Ruiz Ruiz y del Ceip Manuel Somoza de El Campillo Pablo Asencio Vega, así como miembros de la Corporación Municipal, exalcaldes, exconcejales, representantes de Hermandades, Asociaciones y colectivos de La Luisiana, El Campillo y Cañada Rosal y familia junto a los vecinos y vecinas de la localidad anfitriona.
A nivel personal este reconocimiento tiene un gran valor y significado. Fue precisamente en la Plaza Carlos III de El Campillo donde presenté mi primer libro “Orígenes y fundación de La Luisiana, El Campillo y Cañada Rosal” un 5 de marzo de 1983 con la presencia de los Cónsules de los países de origen de los colonos, Gobernador Civil, Presidente de la Diputación, Alcaldes de las NN.PP., los grupos de Bailes de Locos de Fuente Carreteros y la Herrería y los vecinos y vecinas de éstas colonias sevillanas. El camino que emprendimos aquel día no ha sido baldío.
Recordar es vivir y mantener vivos los sueños decía Saramago.
Recordar es rescatar nuestra memoria que es tanto como iluminar nuestras vidas. Y eso se hizo precisamente ayer en este acto cargado de recuerdos, cariño y afecto.
Decía Eduardo Galeano que “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”. El Campillo, Cañada Rosal y La Luisiana lo están intentando.
Mil gracias por este hermoso regalo en este especial cumpleaños. Sois un pueblo grande por el que merece la pena seguir luchando y dando voz a los silencios, al devenir de nuestras gentes, a las fortalezas y debilidades que han hecho posible nuestra historia como pueblos, para así construir un futuro más grande, más próspero, más libre y más humano.