POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)
Resulta que no hace tantos días un amigo me regaló un calendario, pero no era un calendario cualquiera, y me hizo tanta ilusión… era precioso, con unas fotos extraordinarias de los edificios mudéjares de toda la comarca, los más atractivos, los más significativos y monumentales, algunos que son más humildes construcciones, pero tienen el encanto y sabor de nuestra arquitectura. Decía el profesor Gutiérrez Robledo, tan recordado y mucho más cuando hablamos de mudéjar que en la comarca Tierra de Arévalo y La Moraña quedan algunos más de un centenar de edificios mudéjares, o parte de ellos, porque en realidad pocos son los que nos han llegado más o menos íntegros, sino que en mayor o menor medida han sido transformados, reedificados o restaurados a lo largo de sus vidas varias veces centenarias, acomodados a las necesidades de cada momento histórico, o a las modas cambiantes. También el tiempo hizo mella en ellos, siglos de vida activa, aunque este mismo profesor también decía que la nuestra es una arquitectura tan buena que ha aguantado hasta la inquina de los hombres desafiando los maltratos más atroces. Mucho de ello se debió también a esa sensación de la gente que menospreciaba esta arquitectura que sonaba a “tan antigua”, que llegó a ser despreciada y minusvalorada, de forma que en épocas históricas relativamente recientes, si hablamos de historias varias veces centenarias, fueron camufladas y revocadas de cales y cementos a imitación de perfectos sillares inexistentes… una ocultación de la auténtica arquitectura que camuflaba las características arquitecturas tan nuestras de ladrillo, tapial y mampuestos de nuestra piedra de rajuela. También la ha preservado de la erosión.
A conocer y amar todo esto, y mucho, más nos enseñaron los diferentes congresos del Mudéjar, o hablando con más propiedad, una extensión en Arévalo de las recordadas “Lecciones de Arquitectura Española” que en nuestro caso tenía el apellido de “El Mudéjar”, y que nos descubrieron uno de nuestros valores en arquitectura y arte, como también un valor turístico, esa unidad y conjunto del mudéjar comarcal.
Ha sido este hermosísimo calendario de bellas imágenes de nuestro Mudéjar que ha publicado la Diputación Provincial y que ha sido divulgado extensamente por toda nuestra geografía, entidades y colegios.
Pues como bastante gente me relaciona con la defensa y divulgación de lo nuestro, me preguntaban si tenía un calendario de esos tan bonitos que han llamado “Caminos del Mudéjar”… Yo aproveché un encuentro casual con Carlos, nuestro presidente de la Diputación, para pedirle algún ejemplar. Muy poco después me proporcionó varios de esos calendarios, no muchos porque está prácticamente agotada la edición, con un gran éxito como lo muestra la demanda del público que quiere tener en casa esas imágenes tan bellas de cosas tan nuestras.
La verdad es que ya tocaba, porque de Ávila ciudad, de Gredos, del Tiétar y otras zonas, ya han sido tratadas con exquisitas imágenes, antes en los recordados calendarios de Caja de Ávila, y ahora con los de Diputación. Pues queda mostrada mi gratitud personal y de Cronista, como ciudadano de esta comarca de la meseta abulense, zona de uno de los más importantes focos de arte Mudéjar que ya hace más de un siglo tanto llamó la atención del gran historiador Manuel Gómez Moreno, quizás el que mejor lo definió, como se aprecia en el precioso texto que lo acompaña.
Y hablando de Mudéjar, me he asomado a las obras del puente de Valladolid o del cementerio, ese infortunado y magnífico puente mudéjar, tan sufrido y aquejoso, que está por fin siendo restaurado o reconstruido… Sus huellas de estilo y de antigüedad quiero pensar que serán tratadas con el mimo y el cuidado que merecen, por el momento solo advertimos ese blanco paredón… los ladrillos los estarán cociendo ¿en horno mudéjar?