POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
Al final de la calle Derecha y comienzo de la calle Madrid, lugar por donde transcurría la Carrera Real que unía Madrid con Lisboa, está la plaza de España. En ella, uno frente al otro, el Ayuntamiento y el templo parroquial bajo la advocación de Ntra. Señora de la Asunción, lo civil y lo religioso. Supieron elegir un buen lugar para edificar la iglesia, que estuviese bañada por aires saludables y disponer de una hermosa vista de la vega del río Guadiana, que la reina Isabel II, un día al pasar por él, lo llamó Balcón de Extremadura. Así, el antiguo Dipo-Lico-Lyco y finalmente Lobón, tan cercano se asoma al Guadiana, reflejándose en sus aguas.
Hay qué ver cuánta tierra se divisa desde el Balcón de Extremadura. Las Vegas Bajas del Guadiana, tierras de regadío. Las perturbaciones de San Gregorio y La Centinela, que tienen nombres de hombre y mujer. El frontal del Machal o Machiales. Y el Pico Estena, estribaciones de la Sierra de San Pedro.
El llamado por los loboneros “El Pico”, que tan Augusta Majestad le nombró “Balcón”, con los años fue modernizándose. El primer y viejo cementerio que estaba junto a la iglesia se trasladó al solar de la ermita de los Santos Mártires, luego al cerro de San Blas. La ermita de Ntra. Señora de los Remedios, también hospital de enfermos pobres, indigentes y transeúntes, desapareció al ser derribada, quedando así libre el templo parroquial de edificaciones.
Cuando pase el confinamiento y podamos desplazarnos de un pueblo a otro, aconsejo visitar el “Balcón de Extremadura”. Está tan cercano ¿verdad? Allí se ven hermosos atardeceres donde la luz se muestra perezosa porque le cuesta marcharse. Pronto lo veremos. Tengamos paciencia, aún queda.