POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFIICAL DE ZAMORA
La Feria del Libro ha constituido una auténtica fiesta. Por el programa, una auténtica lección desde la concejalía de Cultura de nuestro Ayuntamiento, comenzando por el lugar, dentro del corazón de la ciudad, en la plaza que parece un lugar encantado para ese programa de lectura de relatos cortos y esos adornos que evocan los sueños frustrados de tantos como soñamos con las letras. Como si los árboles quisieran transmitirnos la belleza y el encanto de leer. En ese momento, lleno de expectación y de música alegre y festiva, con la presencia de nuestra primera autoridad municipal quedaba inaugurado el certamen en medio de esa alegría desatada de los aficionados al libro, el amigo de siempre. La instalación, todo un modelo y el detalle de la jaima para la firma de ejemplares fueron verdaderos aciertos que yo elevo a la categoría de lujo.
Como complemento de la Feria, dos actuaciones en la Biblioteca Pública como homenaje a los poetas zamoranos León Felipe, Agustín García Calvo, Claudio Rodríguez y Jesús Hilario Tundidor.
La primera actuación correspondió a Virgilio Ortega, que animó al público que llenaba la sala con su Palabralogía con atractivos ejemplos que en muchos casos dejaban a uno un tanto estupefacto por las relaciones que en los orígenes coincidían y se alteraban con el tiempo y el uso, dando lugar a auténticas curiosidades lingüísticas. En la misma sesión intervino el destacado escritor y publicista José Antonio Carreño.
La segunda actuación correspondió al poeta Jesús Hilario Tundidor, quien de forma brillante homenajeó a sus colegas León Felipe, García Calvo y Claudio Rodríguez, con recuerdos de su primera época y citas, siempre con esa sencillez que le caracteriza. Como final hizo un interesante repaso por algunos de sus poemas dejando muy claro su fuerza y rica inspiración que le acompaña, convertido en ese genio de las tierras que le ofrecen con su geografía y sus matices esas bellas y atractivas imágenes de sus poemas. Nuestro Premio de las Artes de Castilla y León hizo de la Feria del Libro una auténtica fiesta.
Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/