POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Las témporas, ¿qué son las témporas? Pues como siempre decimos… «son un par de cosas».
Empezaremos por la primera: las TÉMPORAS, como celebración religioso-festiva.
Su origen se remonta a las viejas fiestas que los agricultores romanos organizaban al inicio de una etapa agrícola: sementera, vendimia, recolección… y que, pasado el tiempo, la Iglesia Católica «cristianizó» con días de ayuno, penitencia, oración, acción de gracias, etc. Son CUATRO las TÉMPORAS del año eclesiástico:
A) Témporas de invierno.- Se celebran miércoles, viernes y sábado siguientes al 3º domingo de adviento.
B) Témporas de primavera.- Miércoles, viernes y sábado después del 1º domingo de cuaresma.
C) Témporas de verano o de la Trinidad.- Miércoles, viernes y sábado de la semana que sigue al domingo de Pentecostés y es anterior al domingo de la Trinidad.
D) Témporas de otoño.- Miércoles, viernes y sábado siguientes al 14 de septiembre y que muchos llaman Témporas de San Mateo.
Es tradición muy antigua, aunque ahora se esté perdiendo, admitir que esos días de témporas (miércoles, viernes y sábado) son un «anticipo» del tiempo meteorológico que hará en los tres meses siguientes.
Por ejemplo: este año 2014 las témporas de verano «cayeron» en miércoles, viernes y sábado de la semana pasada; podemos, pues, aventurar que en julio (mes acoplado al miércoles) hará sol y calor, también en agosto (mes acoplado al viernes) y en septiembre (mes ligado al sábado).
¿Y el CULO?
¿Qué pinta el CULO en este discurso?
Posiblemente muchos de ustedes habrán oído que para «descalificar» a una persona por su escasez de cultura se dice que «confunde el CULO con las TÉMPORAS».
¡Ay, amigos!; en este caso las témporas son la otra cosa.- La palabra latina, de género neutro, tempus-oris (plural tempora) no sólo significa tiempo, sino también SIEN y por eso los héroes romanos ceñían sus sienes con coronas de laurel («cingere tempora lauro», se decía), y nosotros llamamos «temporales» a unos huesos del cráneo. Confundir el CULO con las TÉMPORAS es identificar cabeza y tafanario.
Oviedo, ciudad moderna y monumental, tiene en su centro capital, allí al lado del Teatro Campoamor, su CULIS MONUMENTALIBUS, escultura genial de Eduardo Úrculo.
No todo va a ser «eminencia de pensamiento».
Fotografía espigada en Internet.