GABRIEL SEGURA HERRERO, CRONISTA OFICIAL DE ELDA (ALICANTE)

En España llevamos no años, sino décadas, y muchas, de atraso con respecto a la concepción anglosajona de la cultura como valor añadido en la economía en general, pero especialmente en la industria y el comercio. Afortunadamente de vez en cuando se dan iniciativas, aisladas pero altamente positivas, donde se recurre a la cultura, en sus más amplios aspectos, para otorgar un valor añadido a una iniciativa empresarial.

Y es el caso de un negocio de próxima apertura, situado entre la calle José María Pemán y la plaza Gabriel Poveda, que ha recuperado el recuerdo de una de las salas de cine emblemáticas de la Elda de las décadas de los años 60, 70 y 80: el cine Gloria (1963-1985).

Como cronista oficial, como historiador y como profesional de la cultura vaya por delante mi enhorabuena y agradecimiento a los promotores e ideólogos de la idea: recuperar la memoria del antiguo cine Gloria. Tres grandes del cine español decoran sus paredes gracias a la maestría del artista Bruno Folgado Gimenez: la magnífica Sara Montiel, en una de sus épicas poses de la película «El último cuplé»; el inimitable Paco Martínez Soria; y el gran Francisco Raval en la magistral interpretación de Azarías, acompañado de la Milana Bonita, en la película «Los santos inocentes».

Próxima está la inauguración de este céntrico establecimiento, tras la cual solo queda pedir a los más jóvenes que, aún a pesar de su rebeldía y contestación social propia de la edad, respeten esta aportación de la cultura.

Por último, invitarles a que se pasen por la plaza Gabriel Poveda a contemplar dichas «pequeñas obras de arte» con un alto valor sentimental para toda una generación de eldenses, así como se detengan a tomar un refresco en alguno de los establecimientos de ocio que cada vez más van poblando este infrautilizado espacio público que rinde homenaje a este ilustre artista eldense, apoyando así al pequeño tejido comercial eldense.