POR LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)

Con tiempo remolón y variado ha transcurrido la primera quincena del mes de julio, en la que se ha concentrado la mayor parte de los festejos locales, como es el caso, por ejemplo, de los que genera el Festival de la Sidra. Pero vamos por partes, pues el sábado 11, por la mañana, en la Plaza Dominganes, el Circulo “Amigos de Nava” presentó su revista anual número 7, dentro del segundo ciclo de visitas guiadas a la exposición que conmemora los 750 años de nuestra Carta Puebla.

Y, por la tarde, a las cinco, en el llagar de Sidra Zapatero, La Buena Cofradía de los Siceratores de Asturias celebró el VII Axuntábense de la Sidra, acto en el que fueron distinguidas, como Cofrades Siceratores de Mérito, las siguientes personas; José María Díaz González, cosechero, titular de varias pumaradas; Jeison Franco, campeón de Asturias de escanciadores; Alberto Álvarez Peña, etnógrafo y dibujante; Cecilia Iglesias, periodista, de la TPA, y Rodrigo Cuevas, músico y artista. Todos los cuales recibieron el correspondiente diploma, comprometiéndose, bajo juramento, a defender el mundo y los valores de la sidra.

Y el mismo sábado, a las ocho de la tarde, tuvo lugar, en el Centro Sociocultural de Sorribes, la entrega de premios a los mejores derivados de sidra y a las mejores sidras de Nava y de Asturias. En cuanto a la mejor sidra local, el premio fue para Sidra Roza, del llagar de Roza, en Villabona, y, en lo referente a las tres mejores de Asturias, ocupó el tercer puesto Solaya, del Llagar de Quelo, de Tiñana, Siero, siendo el segundo para Val de Boides, del Llagar Castañón, de Quintueles, Villaviciosa, y el primero para Sidra Contrueces, del llagar gijonés del mismo nombre.

Ya en la mañana del domingo, día 12, se desarrolló, en el mismo Centro de Sorribes, el XXXIII Concurso Internacional de Escanciadores de Nava, en el que resultó vencedor Wilkin Aquiles, de la Sidrería Avenida, de Gijón, mientras el premio para el mejor escanciador local era para Magdalena Sangrouber, de la Cafetería La Cava de Prida. Como es sabido, todos estos actos, correspondientes a la edición XLIII del Festival de la Sidra, debieron celebrarse a puerta cerrada, cumpliendo con rigor todos los requisitos sanitarios exigidos, y con una asistencia, por tanto, reducida al mínimo. En cualquier caso hay que señalar que toda la actividad celebrada en el marco del Festival fue retransmitida por Facebook, bajo el enunciado “Festival de la Sidra Nava 2020.-Facebook”.

En cuanto a defunciones, tenemos anotada la producida el viernes día 3, que fue cuando nos dejó, en el HUCA-Oviedo, María Esther Melendi Peláez. Nacida en Les Melendreres, parroquia de San Pedro de Beloncio, Piloña, María Esther estaba casada con Maximino Corte González, de Tresali, con el que tuvo la siguiente familia; Juan Luis, David y María. Podemos añadir que el matrimonio vivía en La Ribaya, Tresali, y que Maximino, actualmente jubilado, tuvo a su cargo el Servicio de Obras del Ayuntamiento naveto.

Por otro lado, abordamos ahora la parte central del verano, o canícula, en calma razonable y con la mascarilla puesta. Y como la dichosa Covid ha puesto a discurrir a todo el mundo, desde The Economist se propone, para contextualizar, el uso de las siglas AC (antes del coronavirus) y DD (después de la domesticación).

Pero la vida sigue su curso, y otro tanto hace uno con sus cosuques, de modo que al facer el paseín, hoy pe la mañana, co la fresca, alcontré el suelu del camín estráu co les flores delgaínes, llargues y amarielles de les castañales.

Publicado en La Nueva España. Jueves, 23 de julio 2020, página 9.