COMUNICADOS DEL MÁS ALLÁ POR NICOMEDES
POR OSCAR GONZÁLEZ AZUELA, CRONISTA OFICIAL DE LAGOS DE MORENO (MÉXICO).
DE: EBENEZER SCROOGE PARA: MR. PRESIDENT MEJICOU
Señor mío, esta es una comunicación totalmente seria; mi flema británica me impide andar chacoteando con el lenguaje, para decepción de aquellos que ya empiezan a leer con cierto morbo.
Yo, como usted, soy acusado de parricidio intelectual, dado que Charles Dickens pasó a segundo plano luego de darme vida, tal como sucedió con usted con respecto a su padre político, que se dice: un tal Cuauhtémoc.
El cuento que sobre mí escribió Dickens resucita en cada Navidad; es una historia que trata del espíritu que me lleva a viajar por mis navidades pasadas, por la actual así como por las futuras; hoy me pregunto, ¿qué pasaría con usted en el caso que esto le sucediera?
De las navidades pasadas le imagino con sus pequeños hijos, contento e idealista. En su caso el problema empezó cuando acumuló poder inusitado, mas nunca riquezas como fue mi caso, reconozco.
Sin pasar por lo que sería la Cámara de los Comunes -las hordas morenistas serían más corrientes que comunes, ahora reconozca usted-. Seguramente consciente de sus limitaciones en tribuna y falta de estudios, siempre apuntó hacia el poder ejecutivo, en donde perdió la gubernatura ante un tal Madrazo a quien hizo memorable escándalo; su semblante cambiaba poco a poco, afectado por el delirio de persecución, tirándose al piso hábilmente para ser apapachado por la ternura de un pueblo más bueno que sabio. Es así que la rapiña e incompetencia de sus rivales políticos, con los años le hicieron llegar a ocupar el puesto que hoy detenta.
En cuanto a la Navidad del presente, usted se nos va a La Chingada, aunque esto es un decir; no es que cumpla el deseo a FRENAA ni mucho menos, así como tampoco sería lo más sano para nuestras instituciones que deben guardar tiempos y formas; ahí, muy lejos de las malas vibras de Palacio Nacional, cuando camine, reflexione en paz, lejano al afilado olfato de su cónyuge, quien hoy vemos, salió más fina que la Sahagún. Pero sobre todo, sea susceptible de entrar mentalmente -como lo hice yo en casa de Jacob Marley- a los hogares que sufren por la salud de tantos y tantos niños que personifican al personaje que me dio la redención: Tiny Tim, el hijo enfermo de mi empleado y sobrino; piense en esas familias que sufren precariedad y falta de esperanza.
No le voy a decir que les brinde riqueza, algo que no está en sus manos; pero sí lo está el ordenar la compra y distribución de los medicamentos para esos miles de niños, lo que aliviará la frustración familiar brindando esperanza de vida por encima de sus fobias personales. Imponga controles drásticos para quienes han hecho de la depredación por los medicamentos un modo de vida; imponga sanciones, persígalos, métalos a la cárcel si quiere, pero evite quitar medicamentos a esas familias. Está en sus manos el que la justicia y la bondad estén por encima de la ineptitud de sus colaboradores.
Mr. President: cumpliendo con este reclamo de vida, sus navidades futuras le darán la paz de conciencia, sin importar el tiempo de vida que quede para estos pequeños ángeles, inocentes víctimas de la lucha de poder y de venganza que se libra en las altas esferas políticas. ¡Actúe ya!, ya veremos si su faz cambia a partir de la primera mañanera que tenga a bien recetar a sus súbditos para el 2021. Peace & love: Scrooge
FUENTE: https://www.facebook.com/oscar.gonzalezazuela