POR PEPE MONTESERIN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (PRINCIPADO DE ASTURIAS)
Un tipo pasado de rosca me contó que había estado soñando con un carajillo; que, ilusionado, encendió un infiernillo, vertió café en un cazo, un chorro de ron, una raspa de limón y lo puso a calentar, pero en ese momento despertó y al carajo el carajillo. “¡Maldita sea!”, lamentó, “¡si lo hubiera tomado frío me habría dado tiempo a beberlo antes de despertar!”. De la vida también se despierta uno sin querer; vividla aunque esté fría.