POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN).
Es gratificante comprobar, que a veces, se respetan edificios o tradiciones. Este es el caso de la hornacina del Padre Eterno que podemos contemplar, a nuestro paso por la calle Cantarerías.
Cuando preguntamos a los vecinos de mayor edad, nos han narrado dos episodios de la tradición oral, para conocer, cuándo, cómo y por qué se construyó y se venera. La primera de ellas nos dicen; “Vívía un matrimonio de avanzada edad, en la casa donde hoy se ubica la hornacina. Tenían una sola hija con vocación religiosa y que hizo en una pequeña habitación de la planta baja, un altar con el cuadro de la Ascensión, lo adornaba con flores y celebraba la festividad con el rezo del rosario. Al morir sus padres ingresó en el convento y dejó el cuadro, para su veneración “.
La segunda versión que nos han contado dice: “Era una casa propiedad de la familia Campiña. La hija que barría el portal perdió una aguja que se le cayó al suelo. Cuando fue a recogerla observó desde un pequeño agujero que veía el purgatorio. Allí contempló a sus padres con mil penalidades. La joven se confesó y le aconsejaron que edificase una pequeña capilla”.
Estas dos leyendas que nos han narrado tienen en común la participación de una joven y la necesidad de construir un pequeño altar o capilla.
En un documento del Archivo Histórico Diocesano de Jaén, encontré un texto que decía: “Francisco Ruiz Feo, vecino de Villanueva tiene una casa en la calle Cantarerías, en cuya pared está el cuadro de la subida a los cielos, y linda por arriba con casas de Juan Fernández y por abajo con herederos de Juan Molina, de esta villa (1770)”.
En el año 1982 por una remodelación necesaria para construir una nueva vivienda, los propietarios optaron por hacer un nuevo trazado de la capilla, con un diseño acorde con los tiempos que corrían. Gracias a su generosidad y colaboración, accedieron a las peticiones de los vecinos para que la hornacina no desapareciera, hoy podemos disfrutar de parte nuestra historia.
En la hornacina figura un cuadro que pintó José Luis Nula en el año 1942. Este cuadro sustituye al anterior, quemado durante la Guerra Civil. Se puede contemplar la Ascensión del Señor, Jesús inicia la ascensión y los apóstoles quedan contemplándolo. La imagen de Jesús es una copia de la escuela italiana de Bartolomé della Porta, que está en el palacio Pitti de Florencia.
Era presidente de esta hermandad Sebastián Peña Baldán, que fue quien encargó el cuadro e insistió en que apareciese la figura de María Magdalena. José Luis, cobró 250 pesetas por su trabajo, que tardó un mes en realizar.
Se ha recuperado una pequeña campana para que suene en la convocatoria de los rosarios que se rezan los días anteriores y en la misa el domingo de la fiesta. La campana donada por D. Ángel Martínez,-que fue donante de la imagen de San Miguel Arcángel, que se venera en el Santuario de la Fuensanta- vuelve a sonar. Jorge Martínez, diseñó una estructura portátil, para colocar la campana, cada año para su repiqueteo incesante o la llamada a Misa, a los vecinos, en la mañana del domingo. Una Eucaristía que suele presidir el párroco D. Bartolomé López.
Se abre la cancela donde se guarda el cuadro, se adorna con macetas, todo el lugar y se venera el cuadro. Varias son las personas que se entregan a la labor de solicitar ayuda y aportar su trabajo, debo citar desde aquí algunas que nos dejaron como Carmen, Micaela y Dolores. Asume gran responsabilidad en la organización actual la vecina Expectación.
Cada mes de mayo con un gran espíritu de colaboración y cooperación los vecinos organizan la fiesta del Padre Eterno, en la calle Cantarerías que siempre cuenta con una masiva afluencia. Mayo mes de fiestas en los barrios y localidad de Villanueva del Arzobispo, se inicia con la fiesta de la Cruz, en honor del Patrón Santísimo Cristo de la Vera-Cruz obra del imaginero D. Mariano Benlliure, que nos legó una de sus mejores imágenes. Continuamos con la fiesta de la Virgen de Fátima, en el Camino Viejo, a la que sigue la de San Isidro Labrador, con procesión de la imagen y carrozas, organizadas por los olivareros y finaliza con esta celebración la Fiesta del Padre Eterno en la calle Cantarerías.
FUENTE: EL CRONISTA