BAJO LA ESPADAÑA (LXVI) – PUEDO DENUNCIAR Y DENUNCIO….
Abr 22 2021

POR ANTONIO MARÍA GONZÁLEZ PADRÓN, CRONISTA OFICIAL DE TELDE (LAS PALMAS).

Acueducto de San Francisco, en imagen de archivo

Parodiando la célebre frase, que el periodista Fernando Ónega (Mosteiro, Pol, Lugo, 1947) acuñó para el discurso más aplaudido (Televisión Española, 13 de junio de 1977) del Presidente del Gobierno Adolfo Suárez González, en el cual se decía aquello de puedo prometer y prometo, quiero dejar por escrito mi juicio, certero o no, sobre la realidad del Patrimonio Histórico-Artístico de la ciudad de Telde y por ende de todo su municipio.

Para ello debo reflexionar sobre la evolución experimentada por el término Patrimonio en los últimos cuarenta años. Si en aquellos primeros lustros, al hacer mención del Patrimonio Histórico Artístico, inmediatamente, todos pensábamos en la Arqueología y las Nobles Artes (Urbanismo-Arquitectura, Escultura y Pintura- en todas sus variantes-, Música y Literatura). A las que no siempre uníamos, al mismo nivel, los Bienes Etnográficos y la Artesanía.

Estos últimos tantas veces denostados por aquellos que se decían a sí mismo intelectuales. Muchos archiveros, en estos momentos, podrán estar pensando ¿Y el contenido de nuestros archivos, los va a olvidar este Cronista? ¡No, cómo podríamos olvidarnos de la fuente por excelencia de la investigación histórica, claro que no! En aquellos momentos se restringía mucho lo de llamar Patrimonio según a que cosas. Hoy, por el contrario, este término abarca todo aquello que puede acompañar al ser humano. Sea una realidad tangible o intangible.

Gracias a la evolución de las diferentes culturas, que nos ha llevado a la globalización casi absoluta de las mismas, se aumentan los límites del término en todo aquello que el ser humano es capaz de disfrutar, porque ineludiblemente, forma parte de todo lo que le rodea, me explico: el paisaje, transformado o no por el propio hombre, al igual que la calidad de los cielos y los mares en toda su largueza y profundidad, son elementos patrimoniales que se suman a aquellos otros.

El Patrimonio común de la Humanidad, salvando anticuados estereotipos, culturales y étnicos, así como fronteras físicas y políticas, es un cúmulo de bienes que debemos aprender a disfrutar en la actualidad, preservándolos y aumentándolos para que las futuras generaciones puedan hacer lo mismo, con la garantía de no haberlo recibido mermado y deteriorado por una generación, la nuestra, que, en algunos casos, aún ruborizándonos, podíamos calificar de depredadora.

Hace solo unos días, el 18 del corriente mes de abril, la UNESCO nos convocó para celebrar el Día Internacional de los Monumentos y Sitios, que pronto se complementará con el Día Internacional de Los Museos, a celebrar el no menos cercano 18 de mayo.

Pero la realidad, aquella que se puede palpar día a día visitando Yacimientos arqueológicos, abandonados o semi abandonados, así como tapiales descarnados y edificios deteriorados en demasía, no es de recibo

Nuestros políticos locales, insulares, regionales, nacionales e internacionales, tan proclives a la escenificación de los diferentes aconteceres de la humanidad, celebran estas fechas como si se tratara del nacimiento, bautizo, primera comunión, boda y entierro de cualquier pariente, más o menos allegado. Y como bien dice el mejor traído refrán castellano el muerto al hoyo y el vivo a bollo o si mis sufridos lectores lo prefieren, extraigamos otro muy similar de nuestro particular refranero canario, que nos dice aquello de a conejo ido palo a la madriguera.

Pero la realidad, aquella que se puede palpar día a día visitando Yacimientos arqueológicos, abandonados o semi abandonados, así como tapiales descarnados y edificios deteriorados en demasía, no es de recibo. El Patrimonio es algo mucho más serio que la celebración puntual de dos días al año y por eso debe celebrarse con un trabajo continuado y presente en los 365 que posee el año.

Con todo lo anteriormente expuesto, intento afirmar que en una ciudad como la nuestra, que no dudamos en vanagloriamos al definirla como la más antigua y primer obispado del Archipiélago, así como de su relevante posicionamiento entre las urbes más pobladas del mismo, ya que ocupando el segundo lugar de la Isla de Gran Canaria e igualmente de la Provincia de Las Palmas, la hace acreedora de un muy honorable cuarto lugar entre las de Canarias.

Para aquellos que no sean de por aquí, decirles que el municipio de Telde, situado al Este de Gran Canaria, debería tener 102 km. cuadrados. Y digo debería, en condicional y no tiene, en presente, porque por un descuido o nefasto olvido de nuestro Ayuntamiento y la sagaz argucia del Cabildo de la Isla y de algunos ayuntamientos limítrofes, principalmente el de Las Palmas de Gran Canaria, se nos sustrajo de manera vergonzosa un buen puñado de kilómetros cuadrados de los que sólo hemos podido recuperar los que, honestamente, nos devolvieron nuestros vecinos de la Villa de El Ingenio.

Es menester decir que este municipio nace en nuestras cumbres, al borde de la bellísima Caldera de los Marteles, en el lugar conocido por El Pico o la Montaña del Pleito. Nuestros límites se marcan según descendemos por los barrancos de San Miguel-San Roque y el de Las Goteras -Marzagán-Jinámar por la parte Norte y Aguatona por la parte Sur. Nuestra última gran frontera es el Atlántico, que baña nuestras costas en un amplio espacio de algo más de quince kilómetros.

Por todo lo reseñado anteriormente, nuestro Término ocupa paisajes de Cumbres, Medianías, Vega y Costa, lo que permite a sus habitantes poseer un importante Patrimonio Natural para disfrutar en todas las estaciones del año.

Dicho esto, denunciaremos que gran parte, de los otrora muy productivos campos de labor, con el tiempo se han convertido en improvisadas ocupaciones que nos resistimos en llamar urbanísticas. Sólo echar un vistazo a los estudios hechos por el Gobierno de la Isla y confirmados por el de la Comunidad Autónoma, nos darían el más rotundo y bochornoso de los suspensos, en cuanto a deterioro sistemático de todo lo que nuestra vista podría abarcar. Desde la utilización codiciosa de nuestras costas (playas y acantilados) pasando por la urbanización, sobre manera anárquica, de los barrios, sean éstos centrales o periféricos de la ciudad, en donde la autoconstrucción reina con la complicidad de todos, hasta llegar a la ocupación sistemática de cuanto paisaje existe. Guiados por una máxima: apropiarse de cuantas cuevas naturales existen en montañas y barrancos. Y al final, después de tanto desacierto y desconcierto un municipio al que por inutilidad de unos y falaces intereses de otros, por no tener, no tiene ni Plan General de Ordenación Urbana del que, por otro lado, tanto hemos podido hablar en todos los años que llevamos de recobrada democracia.

Es el momento de seguir con los vectores que han hecho posible llegar a estos extremos. Aunque ahora nuestros rectores políticos se hayan aprendido de memoria la frase de Europa no nos lo permite o debido a la vigilancia que hace el Gobierno Central sobre nuestras finanzas municipales nada de ello es factible, el abandono de nuestro Patrimonio no es imputable ni a Europa ni a Madrid y si me apuran podría llegar a afirmar que ni siquiera a los gobiernos de la Comunidad Autónoma y cabildicios.

Expondremos unos cuantos ejemplos, que demuestran la ineficacia y falta de miras de nuestra clase política local. El primero de ellos es el titulado Nuevo Puente de San José de las Longueras, que todo sea dicho, no tiene nada de nuevo porque ya ha celebrado varios lustros de parcial inutilidad, puesto que tan pronto se inauguró la obra, se tuvo que anular la circulación por uno de sus viales. Se preguntarán ustedes que, por el costo de la obra, que realmente fue cuantioso, no se explica el porqué. Pues asómbrense, desde hace más de veinticinco años que se proyectó esta obra de ingeniería, no se ha llegado a un acuerdo con ENDESA para que la compañía, que explota el sistema eléctrico en Canarias, ruede un par de metros una esbelta torre de alta tensión, que allí se muestra como dueña absoluta del lugar. Un segundo ejemplo, lo tenemos en el Conjunto Histórico -Artístico de San Juan y San Francisco, que es uno de los más amplios de Canarias.

En su momento el Gobierno de España le dio la protección máxima declarándolo Conjunto Histórico Artístico Nacional (6 de marzo de 1981), igualándolo con centros urbanos históricos tales como: Santiago de Compostela, Toledo, el Madrid de los Austrias, el Barrio de Santa Cruz de Sevilla o la villa cántabra de Santiallana del Mar, entre otras tantas localidades repartidas, tanto en la España peninsular como insular y norteafricana. Pues bien, entre las intervenciones que más se publicitaron para el año 2000 y, tal vez, me quedo corto al solo distar veintiún años, desde que saliera la primera noticia sobre el asunto. El Ayuntamiento de Telde vendió, a propios y extraños, la inversión millonaria, que iba a acometer para que todos los cables de la red eléctrica y telefónica colgadas las fachadas del barrio conventual de San Francisco, fueran cayendo una a una, porque en un alarde de ingeniería sin igual, se iba a realizar toda una distribución tubular subterránea, que liberaría a esta parte de Telde de la más que manifiesta fealdad, que aun hoy le siguen dando los anteriormente citados cables.

¿Se hizo o no esa red de tubos para pasar las acometidas por ellos? ¡Claro que sí! Pero igualmente confesaremos que jamás se llevó un solo cable al subsuelo, lo que vuelve a patentar la absoluta irresponsabilidad y nefasta gestión municipal.

El tercer ejemplo, también en el Barrio de San Francisco. Ahora nos trasladaremos, mentalmente hablando, a los años 1967-68, en un ambicioso Plan de Embellecimiento, copia de un anterior de mitad de los años cuarenta, también proyectado por el mismo autor, José Arencibia Gil (Las Palmas de Gran Canaria 1914 -Telde 1968), se realizaron numerosas acciones encaminadas a favorecer el paisaje urbano del lugar, destacando en estos proyectos lo que en el momento se calificó como canariedad. Ante la inesperada muerte de Arencibia Gil, tales obras quedaron inconclusas.

Por tal motivo, no se acometió la restauración-rehabilitación de la llamada Fuente del Pueblo, bellísimo ejemplo del neoclásico más fiel por austero. Demos un salto de treinta años, tomemos los periódicos de finales de la década de los noventa del pasado siglo XX y muy principios del siglo XXI. En aquel entonces, el Ayuntamiento de Telde convocaba a los medios de comunicación escritos, radiofónicos y televisivos para anunciar que habían conseguido un acuerdo con la que por entonces se denominaba AGUAGEST para rehabilitar, en el plazo más rápido posible, la tan valiosa Fuente del Pueblo. Se hicieron estudios y se pidieron informes, no eran los primeros ni tampoco serían los últimos. Se comprometieron de palabra a arquitectos, historiadores y arqueólogos. Se publicó el montante económico de la obra y se emplazó a la sociedad para verla concluida e inaugurada en el plazo prudencial de un año. Pues, este Cronista, como vecino del lugar y notario de la historia teldense, poseído por vergüenza ajena, debe reseñar aquí y ahora, que tal obra jamás se llevó a cabo. Pero lo que es más grave, no se dio explicación alguna a la ciudadanía.

Otro caso realmente lamentable es el de la llamada Casa de León y Joven en la Alameda de San Juan, también denominada Casa de los Señores Medina y conocida popularmente como La Casa de don Chano Álvarez.

Otro caso realmente lamentable es el de la llamada Casa de León y Joven en la Alameda de San Juan, también denominada Casa de los Señores Medina y conocida popularmente como La Casa de don Chano Álvarez. Este bellísimo ejemplo de la arquitectura doméstica canaria, que ha visto cómo le copiaban sus peculiares balcones en la propia Casa de Colón de Las Palmas de Gran Canaria, fue adquirida por el Cabildo de la Isla hace un buen puñado de años y, cediendo a las presiones de nuestros munícipes, se llegó a un acuerdo por el que su titularidad pasaba a manos del ayuntamiento teldense con el fin de ser rehabilitada en un plazo no superior a veinte años y dedicarla por entero a museo. Pues han pasado más de treinta años y no solo no se ha restaurado, sino que corre muy serio peligro de derrumbe inmediato. Fíjense si es grave la situación que el propio consistorio sacó de allí las oficinas que con anterioridad había instalado, ya que su personal no estaba dispuesto a morir en acto de servicio.

Y hablando de casas con controversias ¿qué me dicen los teldenses de la famosa Casa de los Sall en el centro mismo del barrio de San Francisco, Adquirida por el Cabildo gracias a una permuta con el también Cabildo de Tenerife y después de una veintena de años rehabilitada e inaugurada por aquella, tristemente célebre, Consejera de nuestro Gobierno Autónomo que, no tuvo mayor ocurrencia que decir que estaba muy contenta y orgullosa de venir a Telde a inaugurar la Casa de la Sal, porque ni siquiera se leyó el discurso que le habían preparado y desconocía que tal edificio había pertenecido a la noble familia de los Sall? Pues fíjense ustedes, se terminó la obra y se inauguró, como hemos dicho, estuvo casi ocho años sin ser utilizada, pues no se le había dotado de los muebles necesarios. Después se hizo una muy notable inversión por la Dirección general de Turismo, en la etapa que la dirigía nuestro actual alcalde don Héctor Suárez.

Cuando todos creíamos en su inminente apertura como Gran Centro de Interpretación del Conjunto Histórico Artístico y recepción de visitantes, veíamos pasar el tiempo y se sumaban meses tras meses, y así hasta el día de hoy. Se preguntará el ávido lector el porqué de tal estado de las cosas, pues tiene una muy simple explicación, el edificio fue rehabilitado para cumplir la función de Escuela Municipal de Música, pero nunca sirvió para tal fin porque no reunía las condiciones idóneas, entre otras las de aforo para el numeroso alumnado existente en el municipio. Y ahora, cuando se le quiere dar otra función, el gobierno de la Comunidad Autónoma avisa que tal cambio no se puede hacer efectivo, si no se tramita de forma legal. Y como hemos chocado con la burocracia y el papeleo, siempre de plena moda en nuestro país, los teldenses llevamos dos años por no decir veintidós, sin poder disfrutar de esas magníficas instalaciones. Todo ello lleva incluido el deterioro de sus jardines, las pérdidas de las pinturas de sus paramentos y de los barnices de sus puertas y ventanas. Una vez más, demostramos lo que somos.

El propio Cabildo de Gran Canaria, posee la Casa llamada El Portichuelo, que fuera propiedad de don Juan de León y Castillo. Esta, está situada en la parte baja de Cendro, junto a la antigua carretera Las Palmas-Telde, un poco antes de llegar al famoso Puente d ellos Siete Ojos. Todos los que por ahí pasan se asombran de su estado lamentable no ya porque se haya prendido fuego en varias ocasiones, sino porque hoy salvajemente es asaltada para sustraer piezas de cantería, tejas y otras cosas de valor que posee dicha construcción. El máximo responsable del Patrimonio de la Isla la ha abandonado al pillaje y la destrucción progresiva.

Así, podríamos seguir poniendo ejemplos uno tras otro, los que quieran ver más ilegalidades, abandonos y pasotismos de nuestro Ayuntamiento para con el Patrimonio, les invitamos a caminar por las calles de Inés Chimida y Bailadero o Baladero, allí podrán ser asaltados por un atentado patrimonial tras otro.

Hoy 21 de abril del año 2021, estamos muchísimo peor que, cuando siendo edil de Patrimonio Histórico don Juan Sánchez, creó por primera vez dicha Comisión, dotándola de personas de reconocida solvencia y administrando un pequeño capital económico y humano

¿Cómo creer en el compromiso del Ayuntamiento para con el Patrimonio Histórico de nuestra ciudad, si llevamos casi seis años consecutivos sin Comisión Local de Patrimonio Histórico?

Hoy 21 de abril del año 2021, estamos muchísimo peor que, cuando siendo edil de Patrimonio Histórico don Juan Sánchez, creó por primera vez dicha Comisión, dotándola de personas de reconocida solvencia y administrando un pequeño capital económico y humano, que no fue óbice para permitirle, entre otras muchas acciones, la restauración total y definitiva de la antigua ermita de San José de Las Longueras.

Entre algunos ediles que han ocupado dignamente el cargo como Concejales Delegados de Patrimonio Histórico, debemos resaltar los años de buen gobierno de don Antonio Benítez Sanabria que, de forma activa, llevó a Patrimonio al más alto nivel, en cuanto a trabajos en pro de la conservación, restauración y rehabilitación de la Zona Fundacional de la ciudad. Las acciones llevadas a cabo fueron tan altas en número, que un artículo de estas dimensiones no podría abarcarlas en su totalidad. En otro momento, el edil de Patrimonio fue don Idelfonso Jiménez, quien también se ocupó de fortalecer a la Comisión y al grupo de funcionarios destinados a la preservación de nuestros Bienes Culturales.

¿Qué podemos decir de estos últimos seis años? ¿Alguien está capacitado para informar a la ciudadanía de cuántas acciones reales se han llevado, a cabo en el cuidado y mejora de nuestro núcleo patrimonial por excelencia San Juan y San Francisco?

¿Qué podemos decir de estos últimos seis años? ¿Alguien está capacitado para informar a la ciudadanía de cuántas acciones reales se han llevado, a cabo en el cuidado y mejora de nuestro núcleo patrimonial por excelencia San Juan y San Francisco? ¿Nos podrían iluminar sobre cuantos euros se han invertido en los últimos seis años en proyectos y trabajos de cualquier índole en el diverso y variopinto Patrimonio Arqueológico, Histórico, Artístico, Documental, Literario, Musical, etcétera? ¿Por qué el gobierno de España tiene Patrimonio Histórico en el Ministerio de Cultura, asimismo, afirmamos sucede con el Gobierno Autónomo y el cabildo de la isla? entonces ¿Por qué en Telde es Urbanismo quien acoge en su seno tal cometido? Aquí no se discute si otros lo hacen mejor y nosotros peor, no importa que concejalía tenga la función de vigilar, controlar, guardar y difundir nuestro valioso Patrimonio. Al decir del gran líder chino Mao Zedong, no importa el color que tenga el gato, solo nos debe de importar que se coma a los ratones.

Aquellos que salgan intentar darnos excusas y largas para la solución definitiva debemos advertirles que llevamos cuarenta años trabajando, por ahora incansablemente, en el estudio y la defensa del Patrimonio de nuestro municipio. Por lo tanto, que no nos acusen de oportunistas y mucho menos de recién llegados. Ya que a lo largo de estas cuatro décadas, hemos asistido, nunca mudos, a toda suerte de situaciones problemáticas, problemas y soluciones. La diferencia del antes con el hoy es que antes había compromiso y voluntad.

Y todo esto lo he escrito sabiendo o, mejor dicho, conociendo en profundidad la idiosincrasia de nuestra ciudadanía. A algunos se les convencerá con aquello de: con las necesidades que existen en Telde sale el Cronista con estos cuentos y leyendas del Patrimonio Histórico. Pues miren por donde, cuando hay paro, sobre todo paro juvenil, en muchas localidades españolas se ha optado por el compromiso sociopolítico con el Patrimonio porque desde el señor que barre las calles empedradas, por cierto, con mucho mérito por su parte debido a su soledad y pocos medios, pasando por los que pudieran pintar las fachadas y los tapiales, los arquitectos, ingenieros, así como los arqueólogos, historiadores y si me apuran hasta los artistas plásticos y actores teatrales, todos, tendrían un puesto de trabajo garantizado si alguien tuviera la feliz idea, nada revolucionaria, de entregarse por entero al buen gobierno y gestión del área patrimonial de esta noble ciudad que damos en llamar Telde, en la isla de Gran Canaria.

Aprovechando este último párrafo me permito aconsejar a nuestros regidores una visita pausada a la hermana ciudad de Gáldar, poseedora de cuatro Museos, Comisión de Patrimonio Histórico y una política activa de restauración de sus bienes culturales, muebles e inmuebles, realmente plausible. Siempre se está a tiempo de corregir errores, claro está, si realmente somos conscientes de que los cometemos y sobre todo si se tiene el doble interés de no volverlos a cometer.

FUENTE:  https://www.teldeactualidad.com/articulo/geografia/2021/04/21/312.html

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