POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
Para Luis Cernuda (Sevilla 1902-Ciudad de México 1963), los jardines de los Reales Alcázares de Sevilla fueron uno de sus itinerarios preferidos durante sus años en Sevilla. En “Jardín antiguo”, de su obra “Ocnos”, palabra, imagen, luz y belleza nos describen el ambiente de recogimiento y reflexión que estos jardines marcaron para el poeta hispalense. “Era el de un azul límpido y puro, glorioso de luz y de calor. Entre las copas de las palmeras, más allá de las azoteas y galerías que coronaban el jardín, una torre gris y ocre se erguía esbelta como el cáliz de una flor… Hay destinos humanos ligados con un lugar o con un paisaje. Allí en aquel jardín, sentado al borde de una fuente, soñaste un día la vida como embeleso inagotable. La amplitud del cielo te acuciaba a la acción; el alentar de las flores, las hojas y las aguas, a gozar sin remordimientos. Más tarde habías de comprender que ni la acción ni el goce podías vivirlos con la perfección que tenían en tus sueños al borde de la fuente. Y el día que comprendiste esa triste verdad, aunque estabas lejos y en tierra extraña, deseaste volver a aquel jardín y sentarte de nuevo al borde de la fuente, para soñar otra vez la juventud pasada”.