POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN).

La plaza de toros de la localidad, camina hacia su centenario. En estas fechas con una celebración taurina, de la que hablaremos, es necesario recordar algunos aspectos.

Tras la gran decepción por no comparecer Ignacio Sánchez Megías en 1920, una serie de aficionados formaron una sociedad para construir una nueva plaza de toros. El proyecto fue solicitado al arquitecto madrileño D. José María Tortajada. Tras el inicio de las obras continuaron varios años, hasta el año 1924 en que se paralizaron.

Se hizo cargo de la dirección de la obra D. Ángel Arbex, General de Ingenieros, especialista en construcciones de hormigón y cemento armado. Con una larga serie de edificios construidos, con gran éxito. Modificó el proyecto inicial, logrando un edificio más compacto y con gran ahorro de mano de obra. (Comentaremos su labor en otro artículo).

D, Juan Ambrosio Benavides, pidió al maestro de obras alcalaíno D. Manuel López Ramírez un presupuesto para finalizar el coso taurino. Presenta tres proyectos según detalles, con variaciones en el remate final, que van desde ciento cincuenta mil pesetas a doscientas mil. Firma el contrato en septiembre de 1927, con la obligatoriedad de finalizarlas en el mes de agosto de 1928. Estos presupuestos, que nos han llegado, muestran la minuciosidad y claridad con la que expone sus proyectos

Entre los distintos apartados de la obra, puedo citar: solería de loseta de cemento para la enfermería y capilla. En la capilla un retablo artístico de escayola con pie de altar de cemento revocado al estuco.

Mampostería para los corrales y pesebrero; ocho puertas para los corrales y terminación de los mismos; empedrado de la carnicería, ; movimientos de tierra y ensanche del ruedo, piso del mismo con un firme de grava y arena fina; dos taquillas para venta de localidades; seis puertas exteriores; reedificación de la entrada de sombra; pilastras para los palcos; reedificación de todos los dinteles  que hay; casa del conserje; instalación de retretes; destierro de la explanada de coches; rejas apaisadas; rejas con puertas y  ventanas a la granadina…

Un acierto a la solidez de las obras del arquitecto D. Ángel Arbex, y la filigrana neomudejar de D, Manuel López, que lograron un coso taurino de gran belleza, amplitud y seguridad. Tal vez el maestro de obras alcalaíno estuviese presente en la corrida de inauguración de septiembre de 1928.

La amplitud de su graderío y comodidad ha sido el motivo que la empresa, Tauroemoción haya apostado por ofrecer dos corridas, una de ellas de rejones, en la llamada “Feria de primavera”. El aforo permitido, cumpliendo la normativa, ha sido de unos mil cien espectadores. Toros y rejoneadores de primerísimo nivel, que han ofrecido lo mejor de su arte y  han despertado el mundo de la hostelería en estos dos días.

FUENTE : EL CRONISTA