POR JUAN JOSÉ LAFORET HERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA (LAS PALMAS).
Formó parte del tercio que hizo frente a pie de playa al almirante holandés Van der Does.
Esta semana se ha celebrado el aniversario de la creación de los tercios de milicias de Canarias, una unidad militar que nace gracias a una cédula del rey Felipe II el 28 de abril de 1.573 y que, con el tiempo, acabaría convirtiéndose en el regimiento Canarias 50.
En COPE Gran Canaria, con el cronista de Las palmas de Gran Canaria, Juan José Laforet, hemos querido destacar a uno de sus integrantes más destacados que, con su heroísmo, contribuyó a rechazar el ataque que la flota holandesa realizó sobre la capital gran canaria en los meses de junio y julio de 1.599, bajo el mando del almirante Peter Van der Does. Se trata de Cebrián de Torres, que ha pasado a la historia y a la nomenclatura de las calles de la capital grancanaria, porque la calle Cebrián recibe su nombre en homenaje a sus actos en defensa de Gran Canaria.
Cebrián nació en la Vega de Santa Brígida, sobre 1.560 y formaba parte de los tercios canarios cuando se produjo el ataque holandés. En ese momento la primera línea de defensa consistía en no dejar que el enemigo desembarcara en la isla, como estaba ocurriendo en el entorno de lo que hoy es la playa de Las Alcaravaneras. Las baterías instaladas en el Castillo de La Luz protegían lo que se consideraba era la zona más propicia para que llegaran las embarcaciones de los holandeses.
Pero estos, ayudados por una mar en calma, decidieron intentar el ataque por uno de los puntos más estrechos del istmo y hasta allí acudieron los defensores, entre ellos Cebrián, para hacer frente al enemigo. Cebrián localizo al propio Van der Does, al que atacó con su alabarda, dándole tres fuertes golpes, que consiguió resistir gracias a la armadura que llevaba el almirante, la cual no evitó que se cayera de la embarcación en la que se desplazaba.
En ese momento acudieron hasta el lugar otras barcas holandesas que realizaron una fuerte descarga con armas de fuego, hiriendo de muerte a nuestro héroe que fallecía en aquel momento. Posteriormente su nombre fue incluido en la nomenclatura de las calles de la ciudad por su heroísmo y entrega, como se ve en el mapa del arquitecto municipal, Fernando Navarro, impreso en 1.911.