POR EDUARDO JUÁREZ VALERO, CRONISTA OFICIAL DEL REAL SITIO DE SAN ILDEFONSO (SEGOVIA).
Hoy se cumplen doscientos años del fallecimiento de Napoleón Bonaparte, el gran estratega militar que vio en la expansión de la idea revolucionaria liberal frente al inmovilismo absolutista la oportunidad de encumbrarse a si mismo y a toda su familia. Probablemente envenenado en su prisión de Santa Elena, Napoleón dejó una enseñanza entre otras muchas: nada peor que un ídolo divinizado para un pueblo ignorante y oprimido.