Gustavo Fernández, cronista oficial de Grado, experto en etnografía, miembro de la Asociación de Amigos del Hórreo y coordinador de Cultura en el Ayuntamiento de Grado, responde a la pregunta de dónde está y cuánto mide la panera más grande de Asturias. Vaya por delante que “si preguntas en cualquier pueblo de Asturias, allí estará la panera más grande porque muchos desconocen el tamaño de otras del resto de la región. Lo normal es que en Asturias supiéramos desde hace muchos años cuántos hórreos y paneras hay, igual que sería normal que supiéramos a ciencia cierta cuál es la panera más grande de la región, lo anormal es que no lo sepamos en pleno 2021. Que tenga que venir alguien de fuera a medirnos las paneras es un síntoma de la dejadez y del olvido de uno de los símbolos de Asturias”, afirma Gustavo Fernández.
Las paneras, a diferencia de los hórreos, estos de origen más antiguo que las primeras, son rectangulares y de mayor tamaño. Descansan sobre un número mayor de pegollos y el tejado es a dos aguas, sobre el cual hay dos obispos o cantapaxarinos. Se distinguen, a decir de Fernández, por el tamaño y el tejado, no por la cantidad de pegollos. Entre algunas de las paneras más conocidas por los expertos de la región hay una ubicada en Condres (Gozón), en una casería tradicional asturiana, la que se cree que sí es la más grande de Asturias. Se encuentra dentro de una finca privada propiedad de Álvaro Prendes Moliner, que permitió a LA NUEVA ESPAÑA acceder a ella para fotografiarla. Su dueño la mantiene muy cuidada aunque ya no tenga el uso tradicional.
En segundo lugar, cabe citar la que se levanta en Santianes de Pravia, en el entorno del palacio de Salas, con una longitud de 18 metros de largo y diez de ancho, propiedad de Emilio Pérez Cueva, quien, en su día y a este periódico, señalaba que “es una de las joyas más características que tenemos en el Principado, pero el declive del mundo rural es tal que este patrimonio queda como decorado más que como un sitio con utilidad como tenía en su momento, habría que buscarle una reutilización”, afirmaba. La construcción se deriva de una panera muy antigua, anterior al siglo XVIII, el palacio fue remodelado y la panera sufrió una reforma hace 128 años.
Nieva, “avenida” de paneras
El pueblo de Nieva, en Gozón, puede presumir de que, en uno de sus rincones y en un corto espacio de separación entre las casas, tiene cuatro paneras de buen tamaño. Tal es el caso de la de casa Falcón, que medirá unos 15 metros y, a continuación, la de casa Rodrigo, también de 15 metros, cuidada con primor, rodeada de geranios y con su decoración “estilo Carreño”, al igual que la panera de casa Cantón, muy cerca de la segunda y de unos 13 metros de largo y también muy cuidada por su dueño, Manuel Gutiérrez, para quien mantener hoy en pie y en buen estado un elemento como el suyo “es un lujo. Esta era una panera antigua unida a un hórreo. Antes de que cayeran, mi padre, en 1954, los tiró e hizo esta panera entera con la madera de las otros dos. Cuesta mucho mantenerla porque cada nueve años hay que pintarla, aquí pega mucho el viento y, además de contra la lluvia, hay que luchar contra la carcoma”, explica este vecino, que dice que la mantiene tan hermosa por querencia, porque “hoy en día lo que se mete en ella no son más que trastos. Las aldeas se están acabando y con ellas, las paneras y los hórreos”, explica este vecino. Un poco más allá está la de casa León, de 11,5 metros, de José Luis Muñiz y Ana María González. A diferencia de las anteriores se levanta sobre un muro de piedra. “Es una panera entera en la que ahora solo guardas trastos. Qué tiempos aquellos en que se guardaban patatas, fabas, escanda y maíz. Se colgaban las cebollas y se rodeaba el corredor de ristras de maíz de tal forma que, al tiempo que secaban, protegían la madera del sol. Nosotros teníamos hasta un molino”, recuerda.