POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
Los tiempos cambian a tal velocidad que es difícil seguirlos si hacemos un brevísimo repaso por la geografía de nuestra provincia hasta las fiestas patronales han sufrido una cierta remodelación y se han adaptado al calendario veraniego.
Al magnífico programa de nuestro ayuntamiento en este mes de agosto se añaden esas Nieves cargadas de emotivos recuerdos para todos desde La Bóveda a la Carballeda, el Salvador y esa Asunción que regada como lluvia benéfica tiene en nuestra Virgen Dormida un significado clave y tremendamente impactante en la ciudad.
A medida que avanzamos tenemos siempre en la memoria dos puntos clave en los extremos de nuestra geografía: son Toro y Fermo- selle, cuyas fiestas de San Agustín constituyen auténticas referencias a nivel provincial y nacional, por ese inmenso cuerpo festivo de su programa. Toro como ciudad cargada de historia y como tal de recursos, tienen un factor rico y atractivo que bien ordenado y vestido lo convierte en un escenario único, que completa siempre esos programas auténticos, atractivos para todo el que hasta ella llega.
Toro y su alfoz, han marcado siempre una referencia, hoy afortunadamente aumentada y consolidada con esos productos que en su campo están en los primeros puestos al que hay que añadir ese espíritu atractivo y firme que es garantía de futuro siempre.
Si nos lanzamos hasta ese rincón de nuestro suroeste donde se asienta la noble villa de Fermoselle, además de una rica historia la rodea y envuelve un paisaje único. Su programa de fiestas de San Agustín es siempre una auténtica lección, con la exigencia de estar adaptado perfectamente a ese escenario natural único, que rodean los ríos como marco geográfico.
Su paisaje urbano es una auténtica joya que explica en gran manera el espíritu trabajador e incansable de ese fermosellano capaz de convertir la geografía más dura en un auténtico vergel, capaz de situarla en puestos destacados de la nomenclatura nacional. Y además la villa hoy es una puerta permanentemente abierta a través de Bemposta, hacia ese oeste Trasmontano, sueño dorado, siempre pendiente de un bello despertar.