MARGARITA TORRES, CRONISTA OFICIAL DE LEÓN E HISTORIADORA, ES COAUTORA DEL ESTUDIO
La noticia se hizo pública el pasado mes de marzo y se ha convertido en un auténtico imán: la pieza más buscada de la Cristiandad (y por los nazis, que llegaron a Montsegur y Montserrat), el Santo Grial, podría encontrarse en la Colegiata de San Isidoro de la capital leonesa. Así lo ha determinado un estudio que con documentos escrito ha concluido que el llamado Cáliz de Doña Urraca -Señora de Zamora y hermana de Alfonso VI, el rey del Cid- no sería sino la copa que utilizó Jesucristo en la Última Cena. La noticia ha corrido por todos los medios y el resultado está a la vista: la pieza, que hasta ahora se exhibía con otra en el pequeño museo de San Isidoro, preside ahora en solitario una sala y está protegida por medidas de seguridad. Se ha convertido en la estrella absoluta en un conjunto histórico que cuenta con el panteón de los Reyes de León y las mejores pinturas románicas de España.
Según señalaron, se ha incrementado por diez durante el verano el número de visitantes, la mayoría con interés por contemplar la copa, que hasta ahora había pasado desapercibida, en buena parte visitantes llegados desde Galicia, según han podido constatar en la iglesia. El éxito también se nota en la venta de recuerdos: las tiendas próximas han pasado de ofrecer imágenes del interior del panteón a imanes con el Grial. Todo un negocio que no ha hecho sino arrancar. No obstante, las guías de San Isidoro no dan por seguro que se trate de la pieza, sino de un riguroso estudio que señala su origen.
El cáliz de Cristo es un objeto que por su valor histórico y religioso, y por los mitos y leyendas que le rodean, ha obsesionado a muchos durante siglos y ha servido a otros tantos como inspiración para multitud de obras de ficción, entre ellas Indiana Jones y la Última Cruzada, quien habría cometido un error en su elección del Grial: un vaso en la tradición pascual hebrea no puede ser de madera ni metálico. El de León cumple el precepto: es una piedra de ágata. Fue un pequeño cofre egipcio de plata el que puso tras la pista a dos historiadores hace cuatro años. Su conclusión fue que el cáliz, tras ser robado de Jerusalén, llegó a Egipto y de ahí a España como regalo al rey Fernando I, poderoso monarca leonés que tenía como tributario al soberano de Denia, una taifa.
Margarita Torres, cronista oficial de León, historiadora y coautora del estudio, comenta cómo surgió esta primera investigación: «de repente las noticias que nosotros intercambiábamos en forma de regalo, traían dos textos en los cuales se hablaba con claridad de cómo en 1054 el califa del Cairo, en señal de agradecimiento, le entrega al rey de Denia la copa con la que Jesucristo ofició la Última Cena». Y éste al de León. Doña Urraca debió pensar que para ocultar algo, nada mejor que ponerlo a la vista de todos.
Fuente: http://www.atlantico.net/