POR MANUEL LÓPEZ FÉRNANDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN).

Quisiera rendir un sencillo homenaje a todas aquellas mujeres, que al llegar los primeros días de mayo y hasta finales de junio, son capaces de alegrar nuestra vista y llenarnos de emociones y luz. Me refiero a las que con gran dosis de trabajo, y de constancia, se esfuerzan para llenar de macetas sus balcones para deleite de todos los vecinos.

Sara, guía turística en nuestra localidad, tendría que incluir en sus desplazamientos con ez Fernández, cronista oficial de Villanueva del Arzobispo (Jaén)grupos además de los edificios, contemplar algunos de estos balcones. 

Son numerosos los que agrandan nuestro corazón, con nuestra felicitación a todas, hoy vamos a resaltar solamente dos. 

Frente al edificio de Correos, lugar casi de obligado paso, vive Josefina López Manjón, que lleva más de veinte años dedicada a dejarnos en su balcón un cuadro de la naturaleza, que podría haber pintado alguno de nuestros artistas o  en la cámara del grupo de fotógrafos, que siempre recogen lo emotivo de la localidad . El balcón repleto de petunias y geranios que riega diariamente con unas cubas de agua. Se siente satisfecha y estimulada cuando los vecinos la felicitan por la belleza de las flores, o cuando los visitantes fotografían la fachada Se mantienen las flores varios meses, pero cuando llegan los fríos del invierno, no traslada las macetas de lugar, quedan en el balcón esperando el nuevo milagro de florecer año, tras años: corazón y entrega para disfrute y alegría de todos 

Lola Robles Lara, vive en la calle Goleta, calle estrecha, desembocadura de otras varias y cercana a todos los lugares céntricos. 

Ha heredado el amor a las plantas de su abuela Juliana Arroyo, que en el cortijo “Los Carraleños”, tenía numerosas macetas con flores, aunque para regarlas tuviese que recorrer un largo camino para llenar las cubas de agua. Recuerda a su abuela en el traslado a la localidad, el venir con los mulos y burros, cargados con las numerosas macetas.

Recuerda de su infancia, que el sarampión la tuvo un tiempo en cama, cuando pudo levantarse, lo primero que hiso su abuela fue sacarla al balcón y al ver las numerosas macetas y flores, recibió la mejor medicina.

La labor de las plantas es laboriosa, dan trabajo y preocupación, cuidar la tierra de las macetas, recalzarla, cambiárselas, algún abono o cura para las posibles epidemias. En invierno traslada todas las plantas a una terraza cubierta.

En su balcón se puede disfrutar de contemplar begonias, geranios de rastra y de sardina, geranios de pensamiento, “colios”, petunias, albahaca por su olor agradable

A Lola le llena de satisfacción la parada de los vecinos para contemplar su balcón y felicitarla; los numerosos forasteros que inmortalizan con su cámara esta joya de alegría, color y vida de las plantas.

Al traer hoy estos dos balcones de Josefina y Lola, con su paleta de colores morado, rosa, rojo, amarillo, blanco, verde… quisiera felicitar y agradecer  a todas las  mujeres y algunos hombres que miman, cuidan y trabajan para que cada día nuestros ojos se llenen de color, luz , belleza y recibamos el perfume de sus flores.   

Continuaremos con los espacios de bellos y cuidados jardines, de otros menos cuidados o llenos de la falta cívica de algunos vecinos… hasta llegar al orgullo de Villanueva, el Parque de San Blas, construido en 1926 y que sigue siendo  una delicia. 

FUENTE: CRONISTA