POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN).
El Decreto de 29 de julio de 1874 indicaba: que se facultaba a los alumnos para aprender, desde las primeras letras hasta las más altas teorías científicas, en su propia casa, en establecimientos privados o en los que para bien de la sociedad sostiene la Administración Pública. Las corporaciones podían crear establecimientos de Segunda Enseñanza, además de los que tuviesen obligación de sostener, (Colección Legislativa de España, tomo CXIV).
En el Boletín Oficial de la Provincia, de marzo de 1877, figuraba Villanueva con dos escuelas de niños y dos de niñas. La dotación anual para los maestros era de 1.100 pesetas y 275 para material; de 733´33 pesetas para las maestras y 183´33 para el material. El sueldo anual estaba en relación con la importancia del lugar; en Úbeda, alcanzaba 1.625 pesetas para el maestro y 916´66 pesetas para la maestra; en Villacarrillo 1.350 pesetas y 733´33; en Santo Tomé, Siles y Sorihuela eran los sueldos anuales de 825 pesetas para el maestro y 550 para la maestra.
La Guía de Linares y su Provincia, de Julián de Martos Morillo (1880), indicaba que en Villanueva había una Parroquia de San Andrés atendida por D. Juan Miguel Segarra, dos escuelas elementales de niños, dos de niñas y un colegio de 2ª enseñanza.
Un comunicado de la Junta de Instrucción Pública de 1882 ordenó “que se cumplan por los profesores los programas de conocimientos que han de tener los niños para el ingreso en una escuela superior de Primera Enseñanza, consignando las asignaturas que han de conocer”.
La Junta de Primera Enseñanza.
Un decreto del Ministerio de Fomento del año 1883 establecía que las Juntas de Primera Enseñanza realizasen todos los años en el mes de diciembre un empadronamiento general de todos los niños de ambos sexos que residían dentro del término municipal; que los maestros hiciesen en los meses de abril y octubre, de cada año, la matrícula de los niños que, hubieran asistido a sus escuelas en el semestre anterior, con las notas de puntualidad obtenidas y que los documentos se entregasen al presidente de la Junta Local y se remitieran a la Junta Provincial.
Dictaron varias disposiciones encaminadas a evitar la destrucción de los animales y plantas tan necesarias para la vida del hombre. Los maestros recomendaron a sus alumnos la benevolencia y protección que debían dispensar a los animales y plantas y desterrasen los malos hábitos de maltratarlos.
El Gobernador, insertó en el Boletín Oficial de la Provincia del año 1884, el edicto que indicaba: “Las maestras tendrán la misma dotación que se señala a los maestros y que se consigne igual cantidad para material”, derogando una ley del año 1859. Fue el comienzo de la igualdad de sexos o a igual trabajo igual sueldo.
La celebración de los exámenes
Dos veces al año recibían las escuelas la visita de la Junta Local de Primera Enseñanza para examinar a los niños y emitir un veredicto sobre la actuación del maestro.
“El 19 de diciembre de 1895, reunidos los miembros de la Junta de Primera Enseñanza, bajo la presidencia del Alcalde D. Víctor Bedmar Lombardo, con el objeto de verificar el examen público de los niños en la escuela de D. Ramón Rodríguez, el profesor manifestó que los niños se hallaban reunidos y dispuestos para entrar en examen. Se presentaron los discípulos con el mayor orden y compostura en sus secciones respectivas.
Preguntados sobre Religión y Moral contestaron de un modo satisfactorio.
A continuación se examinaron en lectura, ya en carteles y cuadernos impresos, ya en manuscritos de diferentes tipos y caracteres en prosa y verso. Los ejercicios dejaron muy complacidos a los representantes municipales. Después se procedió el examen de los niños en Gramática Castellana, Sistema Métrico y demás materias, demostrando amplios conocimientos.
A las dos se reunieron en el local de D. Juan Cárdenas Mendoza. Los discípulos demostraron en los diferentes ejercicios solidez en sus conocimientos, corrección, buen sentido y exactitud.
Terminados los exámenes, el Presidente excitó el celo de los profesores, animándoles a proseguir con ahínco en la noble y afanosa tarea de la educación de los niños, como medio seguro de recabar el agradecimiento y estimación de los padres y la consideración más afectuosa del Municipio, a la vez que a los discípulos les manifestó con sencillas palabras qué grande debía ser el cariño y respeto que profesasen a sus profesores”.
El día 20 de diciembre se reunió la Junta en el local de la escuela de niñas de Dª. Torcuata Rodríguez y Rodríguez.
“Se presentaron las niñas con el mayor orden y compostura. Preguntadas sobre Religión y Moral contestaron muy satisfactoriamente. Leyeron en varios libros y se les hicieron preguntas de Aritmética y Gramática, satisfaciendo a los señores de la Junta las respuestas y precisión y resolvieron operaciones de Matemáticas. No menor satisfacción produjo la diversidad de trabajos presentados por las discípulas en costura de todas clases, de necesidad para la mujer hacendosa, como en los primorosos bordados y haciendas de lujo, obteniendo la Profesora los plácemes de la Junta”.
“Visitada la escuela de niñas a cargo de Dª. Juana Manzanares y Canales, se pudo apreciar la excelente preparación, tanto en las distintas asignaturas, como en los primorosos bordados y trabajos. Las niñas adelantan rápidamente en su elemental educación, obteniendo la Profesora el parabién de la Junta”.
Terminados los exámenes, el Sr. Presidente “animó a ambas Profesoras para que continuasen con fe en la noble tarea de la educación de las niñas, medio el más seguro, de conquistarse el aprecio y agradecimiento de sus padres y la consideración del Municipio, a la vez que a las niñas, en sentidas y breves palabras manifestó el respeto y cariño que debían a sus maestras
Algunos años visitaban las escuela a alumnos y profesores. En 1906 “Viendo las actas de exámenes de las escuelas públicas se distinguió a la niña, Dolores Pérez Moreno, hija del laborioso carpintero, Lorenzo Pérez Garrido; se acordó concederle el premio de cuarenta y cinco pesetas en metálico, que se hizo efectivo a sus padres, acordándose consignar un voto de gracia a la profesora Doña María Vicenta Segarra Sanjuán por sus provechosos servicios en pro de la Enseñanza Primaria”.
FUENTE: CRONISTA