POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
Agosto tiene olor a jazmín y dulce sonido de campana que despierta el silencio de clausura, señalado por el índice del ciprés plantado en la huerta de las hijas de Santa Clara. Felicidades a las amigas que se llaman Clara y muy especialmente a la comunidad de religiosas clarisas franciscanas del convento del Santo Cristo del Pasmo de Montijo. Felicidades para las comunidades de clarisas de los monasterios de Zafra, Badajoz, Llerena, Campanario y Almendralejo.
(Imagen de bulto de Santa Clara de Asís (1,24 m.) en la capilla del convento de Montijo, obra del siglo XVII, de muy buena traza. Debió ser adquirida o trasladada de otro lugar tras pasar de estado de beatas al de religiosas clarisas. Su morfología barroca descuella en el rico estofado de la túnica y manto. Porta aureola en forma de diadema, báculo y ostensorio de plata en su color. Antonio Arévalo Sánchez, OFM).
María del Carmen Vega Vera, en su tesis doctoral “Estudio y catalogación de las obras del siglo XVIII realizadas por el entallador badajocense Francisco Ruiz Amador”, atribuye la talla de Santa Clara del conventual de Montijo a este artífice. De ser así estamos ante una obra hecha en el siglo XVIII.