POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTIDUEÑA Y FUENTEPIÑEL (SEGOVIA).
Como sucede con las personas, hay monumentos que teniendo el mismo origen y la misma función, e incluso similar emplazamiento y características, tras llevar vidas paralelas acaban sus días con diferente fortuna por las circunstancias y los avatares de la vida.
Es lo que ha sucedido con la colegiata de Santa María La Mayor, de Bolea, y la iglesia parroquial de Nuestra Señora de La Consolación, de Puibolea.