POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
La localidad salmantina de Mogarraz se halla entre los tupidos bosques de la Sierra de Francia, su aislamiento ha favorecido a que sea una de las poblaciones que mejor ha sabido conservar su arquitectura y tradiciones. Los primeros documentos de la villa datan del siglo XII, época en la que el territorio fue repoblado por franceses llegados con el conde Raimundo de Borgoña, casado con la infanta y futura reina Doña Urraca. De aquí las claras referencias en la toponimia local; Río de Francia, Peña de Francia o Sierra de Francia.
Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1998 la villa de Mogarraz ofrece al paseante un entramado de callejuelas y pasadizos salpicado de escudos pertenecientes a viejos linajes e incluso a la temida Inquisición, originales dinteles con grabados religiosos, cruceros y fuentes. Al igual que en otras poblaciones de la Sierra su casco urbano se ordena hacia arriba y hacia abajo a partir de la calle principal. Característico de Mogarraz son sus casas serranas con típicos entramados de madera, piedra y adobe, algunas de hasta cuatro pisos de altura.
Si algo llama poderosamente la atención en Mogarraz es la exposición de retratos que adornan las fachadas de las casas en las que habitaron los lugareños retratados. Todo comenzó a finales de los años 60, cuando un vecino de la villa, Alejandro Martín Criado, retrató a todos los vecinos del pueblo para que pudieran formalizar su DNI. En 2008 el artista local Florencio Maíllo, recuperó dicho archivo fotográfico convirtiéndolo en una galería de arte, más de 400 obras se reparten por las calles de Mogarraz.
Mogarraz fue designado, en 2014, como “Pueblo más bonito de España.